domingo, 13 de enero de 2019

LAS ARREPENTIDAS EMPAREDADAS

1870 - Foto de J. Laurent


Se tiene constancia documental de que el 11 de marzo de 1531 el Consejo de la Ciudad autorizó a Quiteria de Mora -quien había tomado la decisión de emparedarse junto a la torre de la Iglesia de San Andrés para alejarse de los placeres del mundo- para tomar un palmo y medio de la calle, espacio donde ubicar una celda limitada entre el mismo muro parroquial y una reja a cuyo través le entregaban comida las gentes que se apiadaban de ella.

Costumbre a la que también se sumaron las parroquias de Santa Catalina y de San Lorenzo, que acogían a las mujeres dispuestas por voluntad propia, con el consentimiento familiar y el de su director espiritual.

Famosa fue la emparedada Angela Gonzana de Palomino, de quien se cree vivió en ese estado durante treinta años, cuando el Patriarca Ribera era el Arzobispo de la ciudad, vistiendo el hábito de la tercera orden de San Francisco.

Costumbre que se mantuvo en Valencia hasta el año 1693, cuando el arzobispo reunido en sínodo provincial prohibiera su práctica.

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