En un dibujo resumió Miguel Ángel García las peculiaridades del servicio turístico. Fue publicado en el boletín de AVAF de abril de 1981.
Muchas fugaces intimidades se han convertido en duraderas
gracias al Limón Exprés, según los comunicados de la prensa española de los
años setenta del pasado siglo, mientras que para los rotativos británicos Daily
Mirror y Sunday Mirror en 1976 era el tren del amor, donde en el viaje de ida,
entre Benidorm y Gata de Gorgos, los viajeros contemplaban el paisaje, y en el
de retorno brindaban abundantemente con vino espumoso, cantaban, bromeaban,
incluso bailaban, con la apreciable complicidad de la música, las sinuosidades
del trazado ferroviario y la oscuridad de catorce cortos túneles. Alumbrado que
tras la reconstrucción de las carrocerías en 1987 era posible, aunque “a veces
el maquinista se olvidaba de encenderlo”.
Dos millones y medio de turistas, con predominio de
británicos, transportados entre el primer viaje el 1 de junio de 1971 y la
paralización de los servicios el 27 de mayo del 2005, es una cifra a tener en
cuenta como alternativa y complemento al sempiterno sol y playa. Una opción
turística desaprovechada tras 32 años de explotación útil, deduciendo los meses
que estuvo paralizado el tren por reparaciones y reconstrucciones del material
y acondicionamiento del trazado.
Circulaba en un tramo de 40 kilómetros de la parte central
del Ferrocarril de La Marina, que fue inaugurado el 28 de octubre 1914 entre
Alicante y Altea, y el 12 de julio del año siguiente hasta Denia.
Texto de Esteban Gonzalo Rogel
No hay comentarios:
Publicar un comentario