Archivo Municipal
Transcurrían los días de un octubre de 1407 cuando en
ocasión de la visita al “cap i casal” del rey Martín el Humano, el Consejo de
la Ciudad solicitó el 15 de aquel mes al monarca la aprobación para el establecimiento de la “Taula
de Canvis”, decisión real que tuvo lugar de forma inmediata: el 19 del mismo.
De la redacción de su cometido se encargó Bernat Metge,
secretario del Rey, cuya acta fue firmada el día siguiente, en la que se exponían
los siguientes puntos:
1º Autorizar al consejo la fundación de la Taula.
2º Que los cargos sean jurados y afianzados.
3º Que las rentas y bienes de la ciudad respondan de los
depósitos.
4º Que bajo ciertas sanciones se consignen en la Taula las
sumas depositadas en poder de los funcionarios.
5º Se autoriza a los Jurados para que formen los estatutos
por los que debe regirse la Taula.
6º Se conmina con la imposición de 2.000 florines de oro a
los contraventores del privilegio concedido a perpetuidad al municipio de la
ciudad.
Y fueron los Jurados, el Síndico y el Consejo quienes
declararon establecida la institución bajo el nombre de “Taula de Canvis de la Ciutat de Valencia”.
No faltó para su constitución la presión de los grandes prebostes de la ciudad: los máximos representantes del poder económico visionados en las figuras de Joan Roig -que había expandido su actividad mercantil por Castilla y Aragón- por la del banquero converso Villalonga, y en la del naviero del Mediterráneo Visent Boluda, cuyos ejemplos a seguir era el máximo acicate para los gremios valencianos.
No faltó para su constitución la presión de los grandes prebostes de la ciudad: los máximos representantes del poder económico visionados en las figuras de Joan Roig -que había expandido su actividad mercantil por Castilla y Aragón- por la del banquero converso Villalonga, y en la del naviero del Mediterráneo Visent Boluda, cuyos ejemplos a seguir era el máximo acicate para los gremios valencianos.
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