Grabado
Fue en 1679 cuando se concedió a la ciudad de Valencia, por
Real Orden, el derecho al tráfico de mercancías por vía marítima, lo que creaba
la necesidad de hacer frente a las obras que permitieran ejercer esta actividad, cuando en su zona marítima no se daban las condiciones, toda vez que su puerto
no ofrecía el necesario refugio para las naves dedicadas a este comercio.
Finalizaba el siglo y ninguno de los proyectos lograron su objetivo. Los embates
del mar destruyeron las obras de piedra de Guelda de 1688, al igual que el
proyecto del genovés Cortilia de 1695.
Se hacía pues necesaria la ampliación y
mejora para dar acomodo a las naves que desde 1679 llegaban al "cap i casal". Fue en 1698 cuando se aprobó un nuevo proyecto, fracasados los
anteriores.
Sin embargo, tuvieron
que pasar más de 100 años para la construcción del puerto con las mínimas
garantías y que por la ausencia de éstas, cuando la firma del Decreto de Libre Comercio
de Carlos III, condicionaron en 1765 la no inclusión del puerto de Valencia entre los beneficiados, entre los que se encontraba el de Alicante que reunía mejores condiciones.
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