Foto Carlos Pérez Arnau. Puesto conducción del coche nº 216.
ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES TRANVIARIAS
La gran mayoría de lectores sabemos qué mandos tiene y más o
menos cómo se conduce una bicicleta, una moto, un coche, pero posiblemente no
nos podemos imaginar mucho cómo se manejaba uno de los antiguos tranvías
eléctricos. Generalmente los motores eran de corriente continua. Los motores de
corriente continua tienen la particularidad de que si se les suministra
corriente continua giran, pero si se les deja de suministrar y se les hace
girar por medios externos, como la inercia de la marcha, con el cambio de la
magnetización que hace la controla, se convierten en dinamos y crean corriente
continua, si esta corriente se hace pasar por una resistencia hace que se frene
el motor. De ahí su utilización como freno del tranvía. Por cierto las
resistencias solían colocarse en el techo del tranvía, junto al trole la
mayoría de casos, si no están allí el otro lugar para su colocación estaba bajo
el cuerpo del tranvía, el bastidor.
Para ello los dividimos en dos versiones, los primitivos y
tipos 100 y 200, y los tipos 400 y 500. Su gran diferencia es que en los
primeros el conductor siempre está de pie, y en los segundos puede estar de pie
o bien con un apoyo de tipo isquiático, es como estar medio sentado, medio
apoyando las nalgas en un casi asiento. En la parte técnica los segundos llevan
el freno mecánico accionado por aire comprimido. Los pies, al contrario que en otros medios de
transporte, sólo los utiliza el conductor para tocar la campanilla de aviso, o
para soltar el freno de mano, ambos se activan con el pie derecho.
Básicamente para conducir un tranvía hay que ocuparse del
arranque, velocidad de marcha y frenado con la manivela de la controla, pero al
ser aquellos frenos eléctricos dependientes de la velocidad del tranvía, de
forma que a mayor velocidad más efectivo es el frenado, es necesario proveer de
otro tipo de freno para ajustar el punto de parada, o frenar efectivamente con
bajas velocidades. Para ello se utiliza el freno mecánico por fricción, más
antiguo, o el freno de aire comprimido a partir de los años treinta del siglo
pasado, también por fricción. En cuanto al recorrido son las vías su guía del
camino a seguir y no las abandonan salvo un accidental descarrilamiento.
Cuando el coche era de dos puestos de mando al llegar al
final de trayecto las dos manivelas se sacaban de la controla y pasaban con el
conductor a la controla de la otra plataforma para invertir el sentido de
marcha.
En la foto de cabecera, que corresponde al coche motor 216, se
ve el puesto de conducción, a la izquierda el control de marcha y a la derecha
la gran rueda del freno de mano, que va frenando más a medida que se gira hacia la derecha. En el
suelo, detrás de la cadena está la palanca para liberar el freno. Y entre
ellos, también en el suelo, el pulsador redondo de la campanilla.
Foto Paco Moreno. Puesto de mando del coche 407. Freno de aire comprimido.
En la imagen siguiente correspondiente al coche nº 407 se ve
fácilmente la controla. Por cierto en este caso se lee perfectamente A.C.E.C.,
que quiere decir Ateliers de Constructions Electriques de Charleroi, es decir
Talleres de construcciones eléctricas de Charleroi, esto nos indica que todo el
conjunto de mando eléctrico de este tranvía era de recuperación, procedía de
uno de los 42 tranvías eléctricos de la primera o de los 12 de la segunda serie
comprados en esa ciudad de Bélgica
precisamente a esa firma entre 1900 y 1901.
La manivela grande a la izquierda, que se maneja con la mano
izquierda, está en punto muerto, desde él girando hacia la derecha se va
acelerando, y si se gira desde ese mismo punto hacia atrás se pone en marcha el
freno eléctrico, que como hemos dicho es más efectivo a mayor velocidad.
En caso de frenada de emergencia era notable ver como la
manivela era girada hacia la izquierda en una fracción de segundo, y una vez allí
se comenzaba a girar la rueda del freno para reforzar la parada, sin olvidar el
campaneo de aviso con el pie. En cuanto a la manivela pequeña tiene tres
posiciones, hacia delante marcha adelante, punto medio sin tensión y hacia
atrás marcha atrás.
En este caso en el lugar de la rueda del freno aparece el
conjunto del freno de aire comprimido, que se acciona igualmente con la mano
derecha. Tiene el manómetro de presión a la izquierda, la manivela que acciona
el freno y a la derecha la caja contenedora de arena para auxiliar al freno en
caso de fuerte humedad o ligera llovizna que ponía resbaladizas las vías. El
conjunto de cuatro pulsadores me recuerda el mando a distancia del accionamiento
de las puertas a base también de aire comprimido.
Por cierto en paradas de fin de trayecto, en las que
subíamos y el tranvía no salía hasta que el revisor daba la orden era normal
que durante la espera se pusiese en marcha el motor eléctrico del compresor de
aire, y ante el rumoroso sonido comentara algún pasajero aquello de “ya nos
vamos, el conductor ha puesto el motor en marcha” cuando casi siempre el
conductor se había apeado y estaba haciendo tiempo charrando con el revisor
fumándose un cigarrillo.
Lector espero que algún día puedas conducir un antiguo
tranvía a partir de lo aquí leído.
Texto de Enrique Goñi Igual
Hoy, a mis 91 años recuerdo con nostalgia aquellos viejoa tranvias
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