viernes, 30 de noviembre de 2018

BUCLES Y ROTONDAS

Vista de la rotonda de las Arenas, ca. 1909. Al fondo las casetas de baños de la hoy av. Neptuno. Remember-València, pg 855. Autor desconocido.

ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES TRANVIARIAS

En la época de los tranvías de caballos, al principio con vía única, por la que iba y volvía el coche de un punto a otro de la ciudad, cuando el tranvía llegaba a su destino final entre conductor y cobrador retiraban la caballería del frente y la pasaban a la parte trasera, lo que se llamaba cambio de lanza y ya estaba dispuesto para volver a su punto de partida. La lanza era la pieza de madera que se enganchaba al coche y en ella se uncían el caballo o caballos que arrastraban el tranvía. Si la vía ya era doble al anterior proceso se añadía el cambio del coche a la vía paralela a través de los desvíos en diagonal que siempre había en los finales de trayecto.

Una vez llegada la electrificación este procedimiento obligaba a duplicar los mandos en el coche motor, un conjunto en cada extremo, y así se hizo durante un tiempo hasta que se comprobó que si se instalaba un bucle o raqueta en que las dos vía eran simplemente la misma se ahorraban desvíos y además con un único puesto de mando crecía la capacidad de una plataforma y se ahorraba tanto en material eléctrico, controla de marcha, como en mecánico, freno de mano. Así sucedió en Valencia con las primeras series de tranvías eléctricos, y en las más numerosas, tipo 100 y tipo 200 en bastantes unidades fueron retirados de una de las plataformas todos los mandos de conducción, dejándolos con un solo sentido de trabajo, a partir de la instalación de bucles por una o varias calles y rotondas en varios destinos finales. Los tranvías tipo 200 cerrados, 400 y 500 tuvieron siempre un único punto de conducción.

Las primeras rotondas se instalaron a partir de la electrificación en la playa del Cabañal en 1906 y también en 1909 en el muelle de Levante, en el llamado paseo de Caro, curiosamente fueron los dos puntos de atracción de público veraniego más importantes de la red, tenían un importante trabajo de protección de las colas de espera del tranvía ante el sol, o una lluvia fuera de temporada en pleno verano o en cualquier momento.

Vista general de Las Arenas, rotonda a la izquierda de la foto, sobre 1920. Autor desconocido. Remember-València, pg 410.

La siguiente corresponde al Paseo de Caro, zona del muelle de Poniente del puerto, en la que estuvo el Club Nático hasta su traslado a finales del siglo pasado. Es de muy buen gusto y bello diseño, quizá pensada para la gente de buen nivel económico que frecuentaba los restaurantes que había junto al muelle en aquellos años ’20 del pasado siglo.

Postal de época, rotonda de Caro, ca. 1920.

Parcial de postal de época, ca. 1915. Rotonda llena de tranvías. 
Colección F. J. Matamoros.

También en zona playera hubo un final en raqueta sin edificio de protección del usuario en la playa de Nazaret, entre los entonces llamados balnearios de Benimar y Mar Azul.

Raqueta de la playa de Nazaret. Autor desconocido, ca. 1960. 
Remember-València, pg (III) 392.

En la Valencia de la posguerra realmente solo quedaron dos finales de línea que no tenían raqueta o bucle, el de la línea nº 11 en la estación del Pont de Fusta, solucionado con un cerrado bucle ante la estación en 1942 y el de la calle de Sagunto, líneas nº 6 y 16, al final de la calle del mismo nombre, frente al colegio Salesianos, donde había que cambiar de vía y además mover a mano el remolque para llevarlo a la parte trasera del coche motor, como podemos ver en la siguiente foto.

Calle Sagunto, frente a Salesianos. Foto autor desconocido, ca. 1955. 
Blog Rails i Ferradures.

En cuanto a las líneas interurbanas ni la de Silla, Manises, Godella y Puebla de Farnals tuvieron bucle, solamente la de Torrente lo tuvo de tipo rotonda en la plaza que comienza el ajardinado paseo hacia el Vedat.

Texto de Enrique Goñi Igual

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