jueves, 27 de septiembre de 2018

UNA ALQUERÍA EN BENICALAP - y IV

Dibujo de José Cozar

Reflexiones sobre el conjunto - Y IV.

El núcleo donde se gestó Benicalap está en este espacio. La alquería se remonta a épocas del siglo XV. Alrededor de ella aparecen la del Rull, menos antigua y la alquería de San Joaquín de época más reciente. El horno de Canya. Pero es de destacar que la antigua iglesia, llamada la "iglesieta" y que dependía de la colegiata de Sant Bertomeu en la calle de Serranos -hoy tan solo queda el campanario- estaba en ese espacio así como el cementerio antiguo ubicado a continuación de la alquería del Rull al lado de la iglesieta. 

Ahora bien, volviendo a la antigua plaza de Benicalap. Tanto en la derecha como en la izquierda los edificios que la formaban eran caserones que delataban un mismo origen, si bien a la lo largo del tiempo habían desajustes y arreglos en las fachadas y casas que cada propietario había acoplado según recursos y necesidades.

Recuerdo  la casa de los Miralles –enfrentaba con el centro de la plaza- con un arco de ladrillos morunos en la puerta principal, siguiendo el estilo de la alquería de la Retora- y dos pretiles de piedra que encauzaban la entrada de los carros para evitar dañar las paredes de la puerta al atravesar la casa y descargar en un gran corral. El suelo lo formaban guijarros. En la fachada había tres ventanas con rejas forjadas, manteniendo en la parte alta el espacio de la andana. El corral tenia cerdos, ovejas, establo para la caballeriza y un espacio donde se guardaban los aperos de uso diario. Esto estaba adjunto a la alquería principal que era la de la Retora.

Es de destacar dos “carrerones estrechos” que envolvían la alquería. Esto hace pensar que la estrechez de estas callejuelas tenía un origen en la época donde se construyeron las primeras edificaciones.

En el “carrerón” por donde se pasaba al Portalet, las casas en su parte eran de una sola planta con patio interior. A su izquierda, un gran tramo era fachada con los Miralles y había una vivienda que era un espacio aprovechado de la alquería. El otro carrerón era más estrecho. Recuerdo que había dos viviendas, un apéndice de la alquería y la otra parte de un edificio de la Plaza de Benicalap.

Texto de Eduardo Donderis Folgado

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