Archivo Municipal
En 1728 se reanudaron
las obras del Colegio San Pío V que había sido fundado por el arzobispo fray
Juan Tomás de Rocaberti en 1682. Su nuevo brío vino tras la reforma protestante, y en su réplica, mediante un espíritu contrarreformista dedicado a la formación
de sacerdotes a los ecos del Concilio de Trento.
Los trabajos se habían visto interrumpidos con la Guerra de
Sucesión, influyendo y mucho la muerte del arquitecto encargado de su
construcción Juan Bautista Pérez Castiel, quien había implantado el barroco en la Catedral, reanudándose en el citado año bajo la
dirección de José Mínguez para enlazar su edificación con el Palacio del Real, en unos terrenos adquiridos al canónigo
Gaspar Frigola, lindando con la Armería del mismo palacio.
Destacaba en su construcción, como lo más bello, su claustro
interior con cinco arcadas por cada lado y con su terminación se lograba una
bella perspectiva en un trazo que contemplando el Palacio del Real se extendía
hasta la Alameda, allí con sus columnas y torreones y con un arbolado que
dejaba observar la Ermita de la Soledad.
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