Archivo Municipal
El reloj del Micalet, hasta pasado el primer tercio del siglo XX, era observado todos los días del año
por quienes pasaban por la calle de su nombre. De esta forma se convertía en
aquel instante en la referencia oficial para quienes portando reloj de bolsillo lo pusieran en hora.
Sin embargo, durante un breve tiempo, cuando se iniciaba el
año 1908, el reloj dejó de funcionar. La prensa de entonces salió al paso de lo
que significó “un grave contratiempo para todos, pues parece que nos falta
algo”.
Desde 1418, de ruedas y cuerda, por decision del Cabildo de la Catedral, el Concejo de la Ciudad y la Junta de Murs i Valls, encargada ésta de su construcción, el reloj daba las horas para
el toque de campanas del Micalet, que fue modernizado en 1689.
Correspondía pues al Ayuntamiento su mantenimiento, junto a los
relojes de Santo Domingo, Convento de San Gregorio, la Lonja, la Cárcel Modelo, del Matadero y de otros situados en pueblos que
en las últimas décadas habían sido anexionados.
El cargo de “relojero municipal” lo ostentaba en aquellos años Juan Bautista Carbonell Domenech, obligación
heredada de su padre, quien tenía a su cargo tan solo el del Micalet, el de San
Gregorio y el dominico. Servicio aquel por el que era retribuido con un sueldo
anual de 999 pts, teniendo cuerda los tres relojes para treinta horas.
El popular relojero de la Bajada de San Francisco gozaba de
la simpatía ciudadana, atenta a las obras para que a la mayor
rapidez desapareciera el andamio, y con ello, según citaba la prensa, “vuelvan a rodar sus saetas y a sonar las
campanadas de las horas y los cuartos que por espacio de poco más de un mes
privaba a los valencianos de poner en hora sus relojes".
La foto del día de la Virgen de los Desamparados de unos años más tarde nos muestra el reloj que estuvo en su sitio hasta 1970 con la desaparición de la Casa de los Canónigos que ensanchó la calle.
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