Archivo Municipal
Finalizaba el siglo XVII y el nuevo estilo barroco, llegado de Italia, se había ido exhibiendo en Valencia.
Muestra de ello fue la ampliación del templo de los Santos Juanes manifestada con la fachada barroca frente a la Lonja de la Seda, que se completaba en lo alto con un pináculo rematado por el águila de San Juan, sobre una bola y un tintero en el pico, construido el conjunto a base de metal.
Muestra de ello fue la ampliación del templo de los Santos Juanes manifestada con la fachada barroca frente a la Lonja de la Seda, que se completaba en lo alto con un pináculo rematado por el águila de San Juan, sobre una bola y un tintero en el pico, construido el conjunto a base de metal.
Sus artesanos, Antonio Almela y Gregorio Ucell, instalaron un reloj bajo unas columnas salomónicas, ornada la perspectiva con varias
estatuas de santos.
En la parte inferior del retablo barroco se construyó una
terraza sobre unas pequeñas casitas que iban a ser utilizadas por artesanos
comerciales, que por su aspecto se
popularizaron como “les covetes de Sant Joan”.
En el interior del templo, Antonio Palomino de Castro, se
encargaba al mismo tiempo de pintar sus techos y bóvedas una vez revocados.
En la Iglesia de los Santos Juanes, con su nueva impronta
barroca, aparecieron dos nuevos emblemas para la ciudad: las mencionadas Covetes
en el subsuelo y en lo alto “el pardal de Sant Joan”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario