Archivo Municipal
Desde aquel momento la plaza pocas veces gozó de buena salud, tal y como expresaban
los vecinos con sus denuncias en 1932 por el mal estado de una fuente en la
plaza en cuyo entorno se concentraban los desperdicios de verduras procedentes
de Abastos, que daban al lugar sensación de abandono.
La plaza estaba condenada a desaparecer por los proyectos de reforma interior, sin embargo, en 1934, se anunciaba en prensa la subasta de un solar contiguo de 202 metros cuadrados, al tiempo que igualmente se ofrecía la casa número 6 compuesta de planta baja con jardín, entresuelo, dos pisos, desvanes y terrado. Mayor peligro encerrada la casa con el número 8 que amenazaba derribo, por lo que ante una denuncia de la Guardia Municipal, el primer teniente de alcalde Sr Gisbert, dio instrucciones al arquitecto mayor municipal para que realizará una inspección y tomar por consiguiente las medidas oportunas.
La plaza estaba condenada a desaparecer por los proyectos de reforma interior, sin embargo, en 1934, se anunciaba en prensa la subasta de un solar contiguo de 202 metros cuadrados, al tiempo que igualmente se ofrecía la casa número 6 compuesta de planta baja con jardín, entresuelo, dos pisos, desvanes y terrado. Mayor peligro encerrada la casa con el número 8 que amenazaba derribo, por lo que ante una denuncia de la Guardia Municipal, el primer teniente de alcalde Sr Gisbert, dio instrucciones al arquitecto mayor municipal para que realizará una inspección y tomar por consiguiente las medidas oportunas.
La plaza del Comandante Montesinos en 1934 junto a otras
próximas, como las de Pellicers, Pertusa,
Pilar, En Gil y otras calles vecinas, se vería afectada por las mejoras del
alcantarillado, tanto en cuanto la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana ponía
en conocimiento de los interesados propietarios que gracias a su gestión
había logrado ciertos beneficios en el pago de los tributos.
Con el traslado del Mercado de Abastos la explanada sería propuesta
para la construcción de Hacienda y otros nuevos edificios, lo que significó la desaparición de la plazita, mientras que la calle de Quevedo ganaba en anchura.
La foto de la primera mitad de los cuarenta nos da una idea de su entorno en cuyas paredes se observan los rostros de Francisco Franco y José Antonio qué tanto proliferaron en las fachadas urbanas de la época.
La foto de la primera mitad de los cuarenta nos da una idea de su entorno en cuyas paredes se observan los rostros de Francisco Franco y José Antonio qué tanto proliferaron en las fachadas urbanas de la época.
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