Después de dos años de cátedra, en octubre de 1922, fallece
el doctor D. Rafael Pastor Reig, “catedrático de patología general y fundador
de este laboratorio”: tal y como se indica en la placa que sus compañeros y
discípulos tuvieron a bien situar, justo un año después de su muerte, en el mismo
laboratorio que en su día creara. Lápida conmemorativa de bronce, culminada con el recurso del mármol, en un trabajo que como obra de arte acometieron las manos de Vicente Benedito, que se completaba con el retrato del doctor en medicina que había sido esmaltado por el artista Almar.
La iniciativa había sido planteada por la clase escolar y su
resultado se vio culminado en un acto que tuvo su comienzo en el
Anfiteatro Anatómico presidido por el decano de la
Facultad de Medicina, el doctor Gómez Ferrer, en el que un alumno del quinto
curso glosó la figura del homenajeado a quien mencionaba como “el maestro
consciente de su deber y amante de sus discípulos a quienes consideraba como
verdaderos hijos espirituales”.
El doctor Vila Barberá, quien ostentaba la cátedra de
Patología General tras la muerte del fundador del laboratorio y como sucesor del mismo, ensalzó la vida
académica del doctor, al igual que lo hicieron en breves oratorias
representantes de otras facultades, durante un acto que tuvo su final con la
intervención de su presidente, doctor Gómez Ferrer, con la presencia de
alumnos, médicos, profesores y catedráticos que aclamaron con entusiasmo el
recuerdo de tan ilustre valenciano.
Terminadas las intervenciones, los asistentes se trasladaron al laboratorio para inaugurar la lápida que estaba llamada a perpetuar el recuerdo de su
fundador, tal y como vemos en la imagen.
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