Archivo Municipal
Ya desde la construcción del puente de Serranos y para su buena cimentacion se sabe del “baile de piedras” en nuestra ciudad, que con seguridad
aún se puede remontar a tiempos aún más lejanos. Del derribo de templos paganos y de antiguos
palacios siglos después, sus piedras de sillería han sido útiles para un mejor equipamiento de
monumentos dispuestos para la visita ciudadana, como el caso de las escaleras
de las Torres de Cuart, piedras trasladadas desde el Palacio de Parcent, aunque el mejor servicio que han generado han sido para el ornato de la ciudad, sea en su aprovechamiento
monumental o para nuevas fuentes en lugares con especial encanto, así como para puertas palaciegas a situar en los Jardines del Real, o de templos que han servido para embellecer nueva iglesias, como la de San Pascual Baylón aprovechada tras el derribo de la vieja Parroquia de San Miguel.
Con el derribo del Hospital General mediando los sesenta del
pasado siglo surgió la idea para un “monumento a la raza” construido entre
palacios sobre alta columna dórica que domina la plaza de Manises. El personaje
escogido fue el del conquistador Francisco
Pizarro en una estatua en bronce que fue inaugurada el 14 de julio de 1969,
reproducción de la ejecutada en madera por el imaginero Pio Mollar en 1930.
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