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martes, 11 de julio de 2017

LA "FIESTA DE LOS CHOFERS"


Archivo Rafael Solaz

El 10 de julio de 1921, día de San Cristobal, se celebró la sorprendente “fiesta de los chofers”, con el singular patrocinio de la Sociedad Ortiz, Monleón y Compañía, con motivo de inauguración de un nuevo garaje en la calle Cirilo Amorós, en su esquina a la de Isabel la Católica y Jorge Juan.

No era su primer lugar habilitado para el aparcamiento de coches y pese a que su acto de presencia en la calles de la ciudad era minoritario; Garage Valencia ya había abierto su primer local en un lugar próximo, en la calle Grabador Esteve.

Con tal motivo aquel día se celebró una misa en la vecina Iglesia de los Padres Dominicos, con numerosa participación de quienes podían presumir de un coche, que, a “caballo” de la modernidad, iban a lograr velocidades de vértigo.

Más de cien automóviles se concentraron para la “fiesta” siendo obsequiados por la empresa con champagne, donde las burbujas se mezclaron con el entusiasmo de los asistentes, que guiados por la propiedad, visitaron todas las instalaciones del amplio garaje, dispuesto con nuevos adelantos técnicos, toda vez que en el incipiente mundo del motor, había que facilitar a los conductores los medios precisos para solucionar la problemática de la conducción que surgía con mayor frecuencia que la esperada. 

Un nuevo mercado de accesorios para el mejor confort en los vehículos lo ofrecía la empresa como servicio a los clientes, con las mejores marcas y de más prestigio. Garage Valencia tenía la exclusiva de cubiertas Michelin, con unas existencias muy numerosas, así como amortiguadores, bolas mecánicas, manguitos, etc. con otra exclusiva muy importante especializada en faros, proyectores y elementos eléctricos: “las célebres casas Innovation y Dusellier” que mandaban sus productos desde Paris. Las existencias eran cuantiosas, lo que facultaba para un buen descuento a sus clientes, con precios inigualables.

El nuevo garaje disponía de dos puertas de acceso y su interior, amplio y de grandes dimensiones, era todo un privilegio para los clientes que en aquella noche inaugural disfrutaron de una verbena en el interior con la actuación de la banda “Unión Musical”, que ofreció selectas composiciones de concierto y baile, en una “sala” adornada con flores y luces para el disfrute de los clientes y familiares, que fueron obsequiados con con dulces, licores, helados y habanos, en una fiesta que se prolongó hasta bien entrada la madrugada.


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