Alquería de Benlloch (1984, foto original de autor
desconocido). Tintas sobre papel Fabriano 300 gr. 14x9 cm. De la serie
"Patraix antiguo" para Paqui López de Foro Inmobiliario
“En las acequias conmovíase la tersa lámina de cristal
rojizo con chapuzones que hacían callar a las ranas; sonaba luego un ruidoso
batir de alas e iban deslizándose los ánades lo mismo que galeras de marfil,
moviendo, cual fantásticas proas, sus cuellos de serpiente. La vida, que con la
luz inundaba la vega, iba penetrando en el interior de barracas y alquerías.”
Vicente Blasco Ibáñez (La Barraca)
Con estas
palabras, Blasco Ibáñez describe poéticamente la atmósfera que observaba en la
huerta de Patraix en 1898, escenario que probablemente inspiró al ilustre
escritor en su inmortal novela “La Barraca”. Más de cien años después ya no
queda nada de la huerta y ese espacio está ocupado por la urbanización de
Valencia. Calles, plazas y avenidas, parques y algún que otro solar vacío han
cambiado la fértil tierra de labor por asfalto, cemento y piedra.
De la acequia Favara (“Al Favvara” era el nombre de una de
las familias bereberes más notables del norte de África en tiempos de la
ocupación árabe), una de las ocho que riegan la vega de Valencia, solo
queda en el distrito de Patraix, una especie de cicatriz solo visible desde el
aire en la zona del nuevo paso del Turia (V-30) y detrás del Cementerio General en su lado suroeste. Su cauce está totalmente soterrado y sólo ve la
luz al otro lado del río donde sigue regando los campos.
También es árabe la misma palabra “alquería”, y define a un
conjunto de casas o comunidad agrícola y ganadera alejada del núcleo urbano. El
origen de la ahora plaza de Patraix está en una primitiva alquería musulmana y
ya existía (con un molino hidráulico en la Favara) en tiempos de la reconquista
de Valencia por Jaime I en 1238.
Una de aquellas alquerías y casas agrícolas mencionadas por
Blasco Ibáñez pudo ser también la desaparecida alquería de Benlloch y que fue demolida pese a
la oposición vecinal en junio de 2007 para ceder el suelo a la construcción de
bloques de viviendas.
En esta alquería residió la familia Benlloch, uno de cuyos
más ilustres miembros fue Juan Bautista Benlloch y Vivó (Valencia 1864–Burgos
1926), que en la ciudad de Valencia tiene dedicada a su memoria una importante
avenida. Fue entre otros cargos eclesiásticos copríncipe de Andorra y cardenal
de Burgos.
Texto y dibujo. Santiago López Manteca
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