Archivo Municipal
La fiesta de la Cruz se había implantado en la ciudad de
Valencia en 1926, un mes propicio para días festivos en el que ya tenía
relevancia la Fiesta de la Primavera.
La iniciativa y por su significado religioso no fue bien
acogida por el diario El Pueblo, que en su columna ECOS, salía al paso de tan
desafortunado comienzo para las "fiestas de mayo".
Abundaba en el arraigo andaluz de la celebración de “La Cruz
de Mayo”, dentro de su tipismo, “alrededor del cual y dando calor y vida, están
alegría, vino y mujeres”.
Consideraba imposible “trasplantar a Valencia lo que es un
trozo de Andalucía”, y al igual que el ambiente fallero y otras peculiaridades
nuestras no se podían aclimatar en aquella tierra, del mismo modo, el alma
andaluza no podía hacerlo en la nuestra: “tierra de artistas, país soberano,
donde flores, cielo, tierra y mujeres, combinados y fundidos, determinan estas
manifestaciones tan atractivas, tan concluyentes, que superan a la de Niza”.
Sin embargo, finalizaba su escéptico comentario, advirtiendo
que “si se realiza con esplendidez, si se deja libertad al artista para que la
inventiva y el genio se desenvuelvan, seguramente que llegará a ser una
atracción para Valencia".
La foto del Archivo Municipal nos muestra la "cruz de mayo" instalada en la puerta del Ayuntamiento.
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