Con una llamativa postal, cuya fotografía de la calle
Zaragoza muy cercana a la puerta barroca o “dels ferros” de la Catedral fue
tomada antes de 1915, publicitaba Domingo Greus Martínez (Almusafes
1847-Valencia 1903) su Gastrófilo Universal, un medicamento compuesto por
“malteada de cebada para combatir dispepsias e hiperclorhidria, especialmente
las acompañadas de gastralgias”, aunque popularmente “polvo mágico del
estómago”.
Según el libro Comercios Históricos de Valencia el Doctor
Greus tras ocupar diversos cargos en instituciones académicas, llegó a Director
del Laboratorio Municipal de Valencia, y en el curso 1870-1871 fue nombrado
Catedrático de Materia Farmacéutica Vegetal en la Facultad de Farmacia. Le
sucedió en 1873 Joaquín Salvador Benedito, y el año siguiente cierran la
facultad por falta de presupuesto. Sin embargo, Domingo Greus constata que el
mercado demanda preparados farmacéuticos de los que no hay oferta y se
convierte en pionero en la preparación de esos compuestos, siendo el principal el
“gastrófilo”. Abre una farmacia en el número 7 (ahora 2) de la céntrica plaza
de Santa Catalina, zona de gran dinamismo comercial, en 1903 fallece por una
neumonía que contrae en un viaje a Madrid y se hace cargo del establecimiento y
el suministro a otras farmacias su viuda Purificación Araso Díaz, quien en 1908
se la vende a su auxiliar Dionisio García Guzmán, que en marzo de ese año
registra la marca del Dr. Greus con la ayuda del farmacéutico Pedro Valero. Le
sucedió su hijo Pedro y posteriormente Vicente Reig.”
Desde los últimos años setenta del siglo veinte gestionaba
la farmacia Antonio Bolinches Navarro, quien falleció en el 2014. Sus hijos
Antonio y Victoria Bolinches Ferrandis dejaron ese local y desde el año
siguiente continúan con la misma actividad en la calle Alfonso Peña.
En cuanto al medicamento principal, el gastrófilo, la
familia Guzmán mantuvo su concesión hasta los años cincuenta del pasado siglo
veinte.
Los Laboratorios García Guzmán, antes del Dr. Greus, también
preparaban mata-tenias, tintura yodo-tánica, carne líquida, extracto de
malta...
La venta de productos ibéricos ha sustituido a los
farmacéuticos en la plaza Santa Catalina nº 2.
En la postal, sin mención a quien la imprimió, llaman la
atención los atuendos de la época, el estacionamiento del carro en la izquierda
de la calzada, y ésta sin raíles de tranvía y pavimentada con adoquines más
pequeños que los que tuvieron otras arterias de la ciudad hasta los años
sesenta del siglo veinte.
Según Wikipedia, en España no existieron regulaciones
nacionales para la circulación de vehículos hasta los años treinta. En algunos
territorios se circulaba por la derecha (Barcelona) mientras que en otros por
la izquierda (Madrid). El 1 de octubre de 1924, Madrid cambió el sentido de circulación
a la derecha.
Texto de Esteban Gonzalo Rogel.
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