1933 - El río Turia, independientemente de la riqueza que supuso
para la huerta valenciana, no sólo fue el causante de fuertes riadas que
inundaron la ciudad, sino también el motivo de conflictos sociales ocasionados por la
regulación de sus aguas.
Fue el caso en el periodo comprendido entre los años 1928 y
1936, cuando una empresa privada, REVA (Regadíos y Energía de Valencia), había
conseguido una concesión estatal para la construcción de embalses que en
absoluto satisfacía los intereses de los regantes. Años de desavenencias que
tuvieron su fin cuando la Confederación Hidrográfica de Júcar, en 1942, asumió la responsabilidad sobre el Turia.
Punto discrepante fue la construcción del embalse de
Benageber, con el inicio de las obras en un 6 de abril de 1933 con la visita de
Niceto Alcalá Zamora. Pantano que un año antes había tomado el nombre de Blasco
Ibáñez, cuando la visita del Presidente de la República al Tribunal de las Aguas.
Visita que se repite el día inaugural, en esta ocasión
acompañado por Indalecio Prieto y Manuel Azaña, a quienes vemos en la foto bajo
la puerta gótica de la catedral en sesión del Tribunal de las Aguas.
El pantano, y ya con el nombre del Generalísimo, no sería
inaugurado hasta el año 1952.
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