“En los tiempos en que la famosa mancebía o burdel se
hallaba estraordinariamente apoyada por sus sabia organización y por la sanción
del tiempo, concibieron algunos buenos patricios el pensamiento de establecer
un asilo para aquellas mujeres desgraciadas que, llenas de arrepentimiento y
fatigadas de su vida azarosa, buscasen un puerto para atender a su reposo.
Con
este objeto determinaron en 1345 levantar una casa, ausiliados por la
munificencia del Consejo de la ciudad, y por los privilegios del rey don Pedro
II, que confirmó más adelante don Fernando el Católico. Poco después se cerró
la comunicación entre las vírgenes y las mugeres arrepentidas, y se puso bajo
la protección de San Gregorio Magno. El convento se concluyó en 1600.”
Texto: Guía de Forasteros de Vicente Boix de 1849.
Texto: Guía de Forasteros de Vicente Boix de 1849.
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