Plaza de Patraix en 1935. Tintas sobre papel Fabriano. 29x20
cm. Dibujo de la serie "Patraix antiguo" para Paqui López de Foro
Inmobiliario.
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Plaza de Patraix
Es un día soleado. El reloj marca las diez y media de la
mañana y en la plaza se puede observar la actividad cotidiana. Una niña con su
falda cortita nos da a entender que es un día primaveral o veraniego. Se dirige
al centro de la plaza donde junto a la fuente hay otro niño que parece beber o
invitarle al juego. Al fondo la iglesia con su flamante torre junto a una casa
señorial, que tuvo tiempos mejores. Las mujeres en los balcones airean las
ropas de cama, mientras una de ellas observa curiosa cómo el fotógrafo toma la
instantánea.
Una de las imágenes más adorables de Patraix es esta imagen
de la plaza en 1935. En ella se puede ver la pequeña iglesia del Sagrado
Corazón de Jesús, cuya torre campanario fue remodelada en 1916 por el ilustre
arquitecto valenciano Francisco Javier Goerlich Lleó, al cual debemos gran
parte del trazado urbanístico de la Valencia moderna.
La iglesia es pequeña y estrecha y no dispone de naves
laterales, ya que fue construida en las caballerizas de la casa señorial
contigua y data del siglo XVI.
Su advocación inicial era para San Nicolau de Bari y lo fue
hasta 1942, año en que se restauró la iglesia y coronó la torre con una bella
espadaña. En la puerta lateral, y que fue principal, se puede ver la imagen del
antiguo patrón.
Las manzanas de casas de dos plantas forman un triángulo
isósceles y en la actualidad, de las que aparecen en la foto, solo se conserva
una de las casas del lado sur, que es el más antiguo de la plaza.
Milagrosamente, esa parte de la plaza ha sobrevivido al paso inexorable del
tiempo y el urbanismo.
Uno de los encantos de Patraix está en esta plaza que tiene
la esencia de un pueblo pequeño y nos evoca tiempos pasados en los que Valencia
era la ciudad rodeada de murallas y a la que se llegaba con las frutas y hortalizas
cosechadas en los campos regados por la Favara. Los mismos campos que, dicen,
inspiraron a Vicente Blasco Ibáñez en su novela “La Barraca”.
Texto y dibujo. Santiago López Manteca
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