Foto de Valencia CR Ediciones
El día 11 de diciembre de 1966 fue sustituida por autobuses
la línea del tranvía eléctrico disco 6 Ruzafa-Sagunto de la red de transportes
urbanos que desde el 1 de julio de 1964 gestionó SALTUV.
Con antecedente parcial en la línea del Ensanche, para el
disco 6 su historia comenzó en 1924 con el itinerario Ruzafa-Glorieta-San
Antonio y un año después Ruzafa-Paz-Sagunto, cruzando el centro histórico por
la calle Campaneros a la ida y la calle Zaragoza en el retorno, en ambos
sentidos por la calle Miguelete, y desde las Torres de Serranos continuación
por la línea hacia La Pobla de Farnals recorriendo toda la calle Sagunto.
Tuvo algunas variaciones de recorrido, en 1930 un
adentramiento urbano en Ruzafa, otra prolongación allí el 17 de julio de 1950,
y en 1964 desviaron los servicios por las plazas de Tetuán y Temple y la calle
Pintor López hasta las Torres de Serranos para evitar el paso por el centro
histórico.
Aunque con transbordo en la actual plaza de los Fueros, la
calle de Sagunto tuvo servicio de tranvía desde que el 1 de enero de 1892 fue
inaugurado el primer tramo entre Valencia y Tabernes Blanques de la Compañía
del Norte de Valencia. Tracción de sangre en ese tramo y con vapor en la continuación
hasta Masamagrell y La Pobla de Farnals, hasta que el 15 de agosto de 1900
fueron sustituidos por tranvías eléctricos.
Tarjeta postal coloreada de CR ediciones de una foto de los
últimos años cincuenta del siglo veinte donde el coche motor 205, construido
por Carde y Escoriaza de Zaragoza en 1926, circulaba en servicio por la línea 6
por la acera occidental de la antaño calle Zaragoza, que ya estaba casi
totalmente englobada en la ampliación de la plaza de la Reina. Y al final de la
calle un coche motor de la serie 100, habituales de las líneas 6 y 11.
Número 6 de línea de tranvía que renació el 27 de septiembre
de 2007 con el tramo Tossal del Rei a Calle Almazora y resto del itinerario
mayoritariamente por la línea 4 hasta su término en Maritim-Serrería, en la red
de Metrovalencia.
Texto de Esteban Gonzalo Rogel
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