Archivo Municipal
1932 - La colocación de una lápida en la calle de la Barraca que se llevó a efecto el domingo 15 de mayo de aquel año, coincidió con una manifestación de adhesión republicana y blasquista en el Marítimo que reunió a un gran número de seguidores entusiasmados por los que acudían de otros rincones de la provincia en una jornada también en homenaje a la figura de Sigfrido Blasco, en la que el Partido de Unión Republicana se vio muy reforzado.
A las doce de la mañana cerca de cincuenta banderas de las
asociaciones provinciales adscritas al Consejo Federal de Unión Republicana
Autonomista, partían de la Fraternidad Republicana del Puerto hacia el punto de
encuentro, recorriendo la calle Libertad, el Paseo de Colón, para llegar a la
que desde aquel momento sería conocida como de la Barraca, con la inauguración
de una lápida con su nombre, donde se juntaron con la representación municipal
que había llegado en comitiva bajo mazas.
Tras leer el acta correspondiente el Secretario Municipal
Sr. Larrea, el Teniente Alcalde don
Vicente Lambies hizo correr la cortina mientras que la Banda Municipal
interpretaba el Himno Nacional entre aplausos y vítores a Blasco Ibáñez de la
multitud, que se hacía extensivos a su
hijo allí presente Sigfrido Blasco, como Presidente del Consejo Federal, en un
acto homenaje al que asistieron concejales del Ayuntamiento, representantes de la
Diputación con su Presidente don Juan Calot, diputados a Cortes, Comité Político y Junta Municipal del partido y el
cronista de la ciudad Sr. Cebrián
Mezquita.
Todos los presentes se trasladaron finalmente hacia "la barraca",
cuyos restos gloriosos aún se mantenían en la misma calle, como recuerdo del lugar donde había hablado
por última vez Blasco Ibáñez, donde se había instalado un tarima sobre la que
diversos oradores con sus palabras contribuyeron a ensalzar el acto. Se escucharon también la palabras del ex ministro
Martínez Barrios, finalizando con una vibrante locución de Sigfrido Blasco, en
la que la mención a la barraca y su significado estuvo en su oratoria, al igual
que los valores republicanos y la denuncia de los enemigos del partido que al
mismo tiempo lo eran de la República, tal y como denunciaba.
El restaurante Las Arenas les estaba esperando para una banquete con cuatrocientos comensales en el que se repitieron discursos y grandes muestras de adhesión, tal y como se habían repetido en una jornada de la que el diario El Pueblo, que dirigía el mismo Sigfrido Blasco, dio cumplida información.
El restaurante Las Arenas les estaba esperando para una banquete con cuatrocientos comensales en el que se repitieron discursos y grandes muestras de adhesión, tal y como se habían repetido en una jornada de la que el diario El Pueblo, que dirigía el mismo Sigfrido Blasco, dio cumplida información.
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