Foto de Esteban Gonzalo
2000 - En su rápido crecimiento en la plaza interior de un pasaje,
ubicado entre el nº 25 de la avenida Giorgeta y los números 26 y 28 de la calle
Maestro Sosa, un Ailanthus Altissima (ailanto, árbol de los dioses, árbol del
cielo o falso zumaque) se fusionó con una verja que habían dejado contra un
muro. Cuando en los años noventa del siglo pasado derribaron el muro para
utilizar parte del patio y los bajos de los bloques de viviendas vieron que el
árbol se había enroscado a la verja, deformándola de tal manera que componían
una rara escultura. En el 2008 hicieron obras para una guardería y pensaron
dejar la rara simbiosis, pero un año después quitaron el árbol-reja, ya que lo
consideraron peligroso al no poder suprimir las partes metálicas.
Según el diccionario Larrouse los ailanthus pueden crecer
hasta 30 metros de altura, pertenecen a la familia de las simarubáceas y sus 12
especies proceden de Asia Oriental. Crece como mala hierba, muy rápidamente en el clima
valenciano, y según la guía de plantas medicinales la cultivan para fijar los
terraplenes. Es de hoja caduca, su resina es tóxica y coloniza con rapidez los
solares y descampados.
Según Wikipedia resiste la contaminación, la mayor parte de
las inclemencias ambientales, produce enorme cantidad de frutos que el aire se
encarga de expandir, tiene gran capacidad de rebrote, suele utilizarse para
conservar suelos y libera alelopáticas a través de sus raíces.
Por ser especie exótica invasora, según el Real Decreto 630
del 2 de agosto de 2013 en España está prohibida su introducción en el medio
natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.
Contrasta esa prohibición cuando persiste la colonización
con invasores eucaliptus en área forestales de la España húmeda y en la seca,
básicamente las repoblaciones con pinos-caña, fácilmente convertibles en teas,
sin prestarle atención generalizada a otras especies autóctonas más resistentes
a los incendios.
Texto de Esteban Gonzalo Rogel.
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