Archivo Muicipal
El Siglo de Oro de la Lengua Castellana del XVI había bebido
del existente con doscientos años de anterioridad, expresado como el de la Lengua Valenciana. Siglo aquel al que contribuyeron con mayor reconocimiento los valencianos Virues,
Timoneda y Guillén de Castro, entre otros. Los tres y en su homenaje, se les honra en la actualidad con calles
en nuestra ciudad.
En 1931 en un año de gran actividad para homenajear a
valencianos ilustres se acordó por parte del Ayuntamiento colocar una lápida en
la calle con su nombre al literato de la Lengua Castellana, Guillén de Castro,
quien también había formado parte de la “Academia de los Nocturnos” con el
seudónimo “Secreto”, centro cultural y literario de primer orden de finales del
XVI.
La lápida, obra del escultor Carmelo Vicent, y con carácter
provisional, fue instalada en la pared de la Iglesia de San Agustín, llamada a
su ubicación definitiva en un edificio en construcción, justo enfrente del
templo agustino.
El 28 de julio de aquel año, tras interpretar la Banda
Municipal “Lo cant del Valenciá”, y por parte del secretario Sr. Larrea
acometer la lectura del acta, el Alcalde Sr.
Trigo pronunció un breve discurso para proceder al descubrimiento de la
lápida mientras se interpretaba la Marcha de la Ciudad a los acordes de
timbales y clarines.
El acto fue muy concurrido con asistencia de número público
ante la presencia, como era habitual en estos casos, de las primeras
autoridades y representantes de otras de entidades culturales.
Acompañaron al Alcalde Sr. Trigo varios concejales. El
Gobernador Sr. Rubio, por la Comandancia
el Sr. Riquelme, por la Audiencia el Sr.
Suárez de Fraga y por el Arzobispado
el canónigo Manuel Pérez, representaban las fuerzas vivas de la ciudad, a las
que se unieron encomendados de la Academia de Bellas Artes y de la Asociación
de Profesores de Orquesta. No faltaron el Sr.
Cebrián Mezquita, cronista de la ciudad y el cura párroco de San
Agustín, así como otros invitados.
Finalmente, el síndico del Ayuntamiento D. Joaquín Reig, en
lengua Valenciana, exhortó la figura
literaria de Guillén de Castro, quien había recibido muchas alabanzas por parte
de sus coetáneos Cervantes y Lope de Vega, tal y como recordó el orador para
dar finalizado el acto con la interpretación de “La entrá de la murta” por la
Banda Municipal y una gran aplauso del numeroso público asistente, pese al
fuerte calor reinante en la mañana de aquel martes de Julio.
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