1931 - En junio de 1931 tan solo cuatro cines anunciaban su
oferta de cine sonoro en el diario Las Provincias: el Coliseum, el Capitol, el Lírico y el Olympia.
Muy pronto un nuevo cine se iba a sumar a la magia del
sonido y así, el 15 de septiembre, el Goya incorporaba en su sala el sonoro, cinema que había sido inaugurado el 14 de marzo de aquel año en la calle Burriana, en
su chaflán con la avenida Victoria Eugenia con sus proyecciones en mudo.
Propiedad de los hermanos Bonell, el cine Goya que tenía la
condición de los de reestreno, sin embargo fue dotado de una sobria decoración, con un muy
buen sistema de calefacción al servicio de una barriada aristocrática que en
su correspondencia ofrecía una clientela selecta y asidua.
Para la instalación del sonoro los hermanos Bonell
adquirieron el equipo “R.C.A. PHOTOPHONE”, último avance en el género, en una
apuesta arriesgada aunque la zona y sus clientes la merecían.
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