1392 - En 1356 y por decisión de Pedro el Ceremonioso, temeroso
de los asedios del rey de Castilla, se habían iniciado las obras para amurallar
la ciudad con un nuevo cerco a cargo de la Junta de Murs i Valls. De rápida
construcción, sus puertas eran pequeñas y nada acordes con la entidad del “cap
i casal”, por lo que se decidió levantar una gran puerta llamada a convertirse
en el principal acceso de Valencia, orientada hacia el camino a la otra parte
del río conocido como “del Serrans”. Su fábrica, por decisión de los Jurados,
se encomendó a Pere Balaguer, “Mestre molt sabut en l’art de la pedra” y las
obras tuvieron su inicio en 1392 para ser culminadas en 1398.
Fue la puerta del Monasterio de Poblet la que inspiró al
maestro picapedrero, pero lo que tenía en su mente es que doblará o más su
volumen. En su boceto se vislumbraba una alzada aproximada a los 200 palmos
valencianos, que de seguro iba a impresionar a quienes la contemplaran.
Para su contruccion hubo que derribar varias casas y parte
de la vieja muralla árabe que coincidía en la zona. La Junta de Murs i Valls
aportó mediante carros las piedras de las canteras cercanas y por el río
llegaron los troncos de la serranía para el necesario andamiaje que iba
posibilitar la elevación de las piedras mediante sogas.
El maestro Balaguer iba a estar ayudado por Enrique Alemany y Joan Llobet, cantero y escultor respectivamente, en una obra para cuyo término fueron necesarios seis años de trabajo, supervisados por el “sotsobrer” Bertrán Moliner que actuaba en nombre “dels Jurats”, responsables de su ejecución, Despuig, Vives de Valeriola, Fluvía y Cardona.
El maestro Balaguer iba a estar ayudado por Enrique Alemany y Joan Llobet, cantero y escultor respectivamente, en una obra para cuyo término fueron necesarios seis años de trabajo, supervisados por el “sotsobrer” Bertrán Moliner que actuaba en nombre “dels Jurats”, responsables de su ejecución, Despuig, Vives de Valeriola, Fluvía y Cardona.
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