Montaje de Pep Valencia
2005 Ca - El solar se las trae. Historia de Valencia que se pierde en el túnel del tiempo al hallazgo del lugar que fuera residencia palaciega del "Moro Zeit", rendido al "Rey Don Jaime" tras la "Conquista" de 1238. Tres calles con estos nombres lo abrazan y ahí permanecen fundidas a la gesta.
Luego, en 1245, se corresponde al lugar en el que se construyó el Convento de la Puridad que dio albergue a las monjas clarisas donde residieron durante seis siglos. Fue derribado en 1845 por ansias desamortizadoras con su traslado a la espalda del Palau de la Generalitat donde actualmente queda su testimonio.
Amplio solar que en 1853, tras su construcción, inició su larga andadura el Teatro Princesa, transformado en cinematógrafo en 1896, con su enorme patio de butacas en consonancia con sus localidades arriba de general, igualmente espaciosa, al servicio vecinal donde se funden los barrios del Carmen, del Mercado, y a cuatro pasos del de Velluters.
Cerró sus puertas en la década de los setenta, cuando había vuelto a sus orígenes unos años antes, al dejar sus sesiones de cine ofreciendo veladas de teatro, pero en el 2009, con muchos años de abandono, por un voraz incendio, sus restos supieron de la piqueta y la fachada, vieja y con cicatrices de orgullo, dejó al aire y al fondo huellas que nos indican la existencia de tan antiguo Convento de la Puridad.
Ahora, los grafitis rubrican modernidad y ensamblan un pasado reciente con un futuro incierto.
Pep Valencia nos deja este testimonio en su cotidiano quehacer, resuelto a dar vida a lo que fue, casado con lo presente.
Y a fe y en movimiento lo logra.
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