Archivo Municipal
1921 - La visita de Vicente Blasco Ibáñez a Valencia en el mes de mayo de aquel año convulsionó la vida social de la ciudad. En sus ocho días de estancia, a los que se sumaron uno por la provincia de Castellón, se sucedieron un gran numero de actos en los que la figura de tan ilustre hijo encandiló a la multitud que se congregaba a su paso. Había ganas de enaltecer al político novelista. Toda la prensa local informó de forma exhaustiva de su apretado programa. En especial su periódico El Pueblo, que le dedicó un suplemento extraordinario.
Uno de los actos más esperados fue la anunciada cabalgata
fundamentada en la obra literaria de Blasco, que se vería representada por nueve
carrozas que tuvo lugar el sábado 21, desde su punto de inicio que fue el de la Plaza de Toros a las cinco de la tarde. La hora del "paseillo"
Tanto Las Provincias como La Correspondencia coincidieron en su crítica a la calidad artística de las carrozas que en muchos aspectos demostraron dejadez por parte de sus creadores.
Tanto Las Provincias como La Correspondencia coincidieron en su crítica a la calidad artística de las carrozas que en muchos aspectos demostraron dejadez por parte de sus creadores.
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Las carrozas se dirigieron hacia la calle Colón para tomar la de Pascual y
Genís, y por Pintor Sorolla y la plaza de Wilsson (así de denominaba entonces la del Parterre) alcanzar la Glorieta. A través del Llano del Remedio frente al parque de
Artillería y la plaza de Tetuán llegó la cabalgata hasta el Temple; retornó por General Tovar para buscar la calle Peris y Valero en
su camino hacia la plaza de la Reina, que en aquellos días hubo un intento de
modificar su nombre por el de Blasco Ibáñez que se quedó en frustrado deseo, siendo sustituida para el homenaje por la de Cajeros.
Continuó por la calle Zaragoza y por la del Miguelete a la plaza de la
Constitucion. Por la calle Caballeros la cabalgata cruzó el Tossal, para tomar
la Bolseria hacia la plaza del Mercado. Ya en su recta final, condujo su paso
por las calles San Fernando, San Vicente
y Sangre. Y ya en la plaza Castelar y por la calle Pi y Margall hizo coincidir
su final con el del inicio: la Plaza de Toros, con una duración próxima a las cuatro horas.
Las carrozas significaron un continuo desfile de las novelas blasquistas con sus alusiones a Flor de Mayo, Cañas y Barro, Sangre y Arena, Mare Nostrum, La Barraca... y demás obras de mayor éxito, construidas por los artistas Cabrelles, Sanchis Arcís y Benedito. La que mostraba el busto de tan genial literato, cerraba la cabalgata.
Las carrozas significaron un continuo desfile de las novelas blasquistas con sus alusiones a Flor de Mayo, Cañas y Barro, Sangre y Arena, Mare Nostrum, La Barraca... y demás obras de mayor éxito, construidas por los artistas Cabrelles, Sanchis Arcís y Benedito. La que mostraba el busto de tan genial literato, cerraba la cabalgata.
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Vicente Blasco Ibáñez junto al Alcalde y autoridades presenció su paso desde una amplia tribuna situada al inicio de la calle Peris y Valero, donde se había colocado un artístico arco de triunfo en su honor con la leyenda "AL GENIAL NOVELISTA" que vemos en la foto, al igual que dos de las carrozas a su paso por la calle Pascual y Genís, esquina la de Colón.
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