Colección Almenar Blayet
La avenida de Burjasot significa el eje principal en la vida
comercial de la barriada. A las tiendas, industrias y bares se les unen los
centros sociales y recreativos, así como el lugar idóneo para la ubicación de
los variados oficios que las más de las veces coincidían con la vivienda
familiar, fuera ésta en la misma planta baja o a través de una “escaleta”,
arriba en el primer piso. Eran los años cincuenta y estos sus más populares
personajes, siempre familiares y entrañables.
TALLER "DELS CARROS". CASA ANGELITO
Era un taller de carpintería en el que exclusivamente se
dedicaban a arreglar y hacer carros que se demandaban en la huerta. Estaba
situado enfrente de CASA BRANCA, dispuesto para arreglar los rayos de las
ruedas rotas. Se hacía allí mismo la estructura del velamen, así como
ensanchaban los fondos de los carros para aumentar su capacidad de carga. Todo
esto desapareció a la muerte del abuelo Ángel y sobre todo por la falta de
demanda de arreglos con la aparición de remolques metalizados.
EL CORRECHER
El taller estaba en la Avenida de Burjasot enfrente mismo de
las antiguas escuelas de Benicalap. Lo regentaba la familia Busó; a él llegaban
la mayoría de labradores para arreglar "collerots", ramales y la
infinitud de piezas de cuero que por el uso iban sustituyéndose. Recuerdo que
pasábamos para ir al colegio y veía al Sr Paco con una aguja especial larga
que, con hilo de palomar, iba completando unos rulos rellenos de esparto que
iba dándoles la forma para que las caballerías estuvieran cómodas en su
aparejo. Cada vez habían menos caballos y se iba reemplazando el trabajo de
fuerza animal por la mecánica; así es que terminaron haciendo carteras para
colegiales. O en el caso del hijo mayor, Paco, que siguió ejerciendo mientras
vivió el oficio de su padre, si bien todos los aparatos de tensión de la
Fundación García Muñoz, con su caja de cuero, fueron realizados en exclusiva
por él.
EL "ESPARDENYER"
Tenían el taller y la tienda frente al antiguo Cine Boston.
Zapatillas de careta y esparto que se
vendían especialmente para las pascueras y pascueros. La tienda y fábrica
estuvo regentado muchos años por la familia Valls.
EL "MANYA"
Este taller “de cerrajería y creación de estructuras“ estaba
en la Avenida de Burjasot al lado del Horno de las Rejas, abarcando un espacio
que iba desde la Avenida de Burjasot a su trasera, junto la vía del
"trenet" trazada a lo largo de la calle de la Florista. A él se
recurría para hacer llaves, estructuras de ubicación doméstica, el hierro para
arreglo de edificios, pilares y cruceros. De este taller salió la cruz del
actual campanario de la Iglesia de Benicalap,
inaugurado en 1954.
Colección Almenar Blayet
El PRACTICANTE
Sería injusto dejar aparte el oficio del practicante, aunque
no esté encuadrado entre los artesanales. Pero en el Sr. Narciso coincidía el
de barbero y su apuesta por la realización de
sangrías. Las sangrías desaparecieron por la medicación oral o
inyectable antes de la Guerra Civil. No obstante, tuvo la barbería hasta su
jubilación. Recuerdo cuando me contaba que en la postguerra aplicaba las dosis
de penicilina sin importar que el
inyectable hubiera que realizarlo de madrugada, en festivos o en cualquier
momento, cuando caían las seis horas que marcaba el médico. No olvido a la Sra
Marianeta, su mujer, siempre dispuesta a atender cualquier recado y agilizar
las peticiones que se le presentaban. En el oficio continuaron su hijo Miguel,
que ejerció su vida laboral en el Hospital de Rehabilitación de la Fe y en la
actualidad el nieto en el Hospital Arnau de Villanova.
Estos profesionales que existieron de barrio, pertenecen a una especie muy rara en la actualidad, que alguna vez habrá que hacer justicia por su entrega, desinterés, esfuerzo y amor en beneficio de los vecinos.
Estos profesionales que existieron de barrio, pertenecen a una especie muy rara en la actualidad, que alguna vez habrá que hacer justicia por su entrega, desinterés, esfuerzo y amor en beneficio de los vecinos.
Texto de Eduardo Donderis Folgado
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