Archivo Levante-EMV
1920 - En el mes de marzo de aquel año y en su portada , el periódico La Correspondencia salía al paso de la instalación de kioscos en la plaza de Castelar. De forma jocosa, demandaba un nombre para la zona en consonancia con los abundantes puestos que para diversos cometidos se iban estableciendo: flores, refrescos y prensa, básicamente.
GARDEN-KIOSK-PARTI, era el titular de un artículo a dos columnas que en su inicio consideraba que de cualquier forma "era una necesidad y hasta una falta de estética, el que el único metro cuadrado de terreno que queda libre en este paseo, no tuvieses un kiosco más o menos refrescante".
Y en su humorístico reportaje, llegaba a la conclusión con cierta sorna, de que si al lugar donde nacen melones se le llama melonar, donde se crían las gallinas gallinero, pernoctan las palomas palomar y donde está la arena arenal, el paraje repleto de kioscos no le vendría mal tildarle de kioscal, aunque "por si acaso suena mal Kioscal de Castelar, pueden buscarse otros derivados". Como nombre moderno, proponía el redactor el de "kioscage", ya que "donde están los autos, es garage", pontificaba.
En el fondo, no era más que una critica al considerar excesivo el número de kioscos en detrimento de la arboleda, incluso proponía trasladar a un lateral el monumento al Marqués de Campo, lo que facilitaría aumentar el número de tan refrescantes kioscos.
"¡Aquí no nos privamos de nada!" Terminaba el cronista.
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