El 7 noviembre de 1912, fue un día de feliz recuerdo, inusitada alegría y satisfacción en el popularísimo barrio de Marchalenes. En tan señalada fecha tuvo lugar el feliz acto de la inauguración de la Escuelas del Ave María, grupo docente modelo en la época creado a semejanza de los que con tanto acierto fundara el padre Manjón en la ciudad de Granada.
Aquel día la calle principal de Marchalenes amaneció
engalanada con colgaduras, guirnaldas y gallardetes; frente al nuevo edificio escolar se levantó un
monumental arco de bienvenida artísticamente confeccionado con ramas verdes y diversidad de flores.
Los actos organizados
con motivo de la inauguración de la mencionada colonia escolar, estuvieron
presididos por monseñor Victoriano Guisasola y Menéndez, arzobispo de Valencia,
quien procedió a la bendición de la Colonia Escolar, al que acompañaban entre otros don Luís Bermejo Vida, alcalde de
Valencia, representación del Capitán General, Señora e hija del Gobernador
Civil, Concejales del Ayuntamiento de Valencia, canónigos, autoridades civiles
y del magisterio, curas de diferentes parroquias circundantes, el barón de
Terrateig, la marquesa de San Joaquín y otras personalidades de la vida
valenciana de aquellos momentos.
En vista de la densidad de este popular arrabal de "vora riu",
el arzobispo de Valencia encargó al sacerdote don Miguel Fenollera la dirección
de la construcción de este nuevo centro escolar, levantado sobre un extenso
solar donado por la señora Condesa viuda de Rótoba; los terrenos alcanzaban
desde la casa abadía de la iglesia parroquial de la Verge del Rosari hasta la
misma orilla de la acequia de Algirós (braç de Mestalla), al fondo, la frondosa
arboleda y muros del huerto del Real Monasterio de la Zaydia, donde se
encontraban enterrados los cuerpos de doña Teresa Gil de Vidaure, tercera mujer
de Jaime I, su hijo, y su esposa la princesa Adelfa.
Según la crónica aparecida en el Diario de Valencia, de
aquella época, el nuevo Centro Escolar merecía los calificativos
siguientes:
“La Escuelas del Ave-María, son la última palabra de esta clase de establecimientos eminentemente populares y prácticos, fundados por el sacerdote don Andrés Manjón. El inaugurado ayer es modelo de ellos. En su patio amplísimo y pintoresco, se encuentra establecida la Colonia Escolar de Nuestra señora del Rosario de Marchalenes. En él se levanta el edificio compuesto por tres partes: dos, a las dos escuelas de la clase de San Victoriano, y un pabellón sostenido por sencillas columnas y dándose de este modo clases al aire libre”. El mencionado rotativo, terminaba su crónica con este más que expresivo párrafo. “La concurrencia salió muy satisfecha de la fiesta, que resultó solemnísima y complacida por haber visto funcionar las escuelas”.
El periódico Las Provincias, insertaba en portada la crónica que comenzaba de la manera siguiente:
“La Escuelas del Ave-María, son la última palabra de esta clase de establecimientos eminentemente populares y prácticos, fundados por el sacerdote don Andrés Manjón. El inaugurado ayer es modelo de ellos. En su patio amplísimo y pintoresco, se encuentra establecida la Colonia Escolar de Nuestra señora del Rosario de Marchalenes. En él se levanta el edificio compuesto por tres partes: dos, a las dos escuelas de la clase de San Victoriano, y un pabellón sostenido por sencillas columnas y dándose de este modo clases al aire libre”. El mencionado rotativo, terminaba su crónica con este más que expresivo párrafo. “La concurrencia salió muy satisfecha de la fiesta, que resultó solemnísima y complacida por haber visto funcionar las escuelas”.
El periódico Las Provincias, insertaba en portada la crónica que comenzaba de la manera siguiente:
“Con inusitada solemnidad se verificó ayer tarde la inauguración de la Colonia escolar de (…) Marchalenes y conocida por la Escuelas del Ave Maria. Muy conocidas son las agrupaciones escolares que fundara en Granada el Padre Manjón, obra eminentemente cristiana y pedagógica, que tuvo resonancia en todas partes, y muy especialmente en Valencia, donde por iniciativa del señor Arzobispo se ve hoy ultimada de modo tan brillante”.
En la actualidad, los terrenos de las Escuelas del Ave
Maria, ocuparían las tres cuartas partes del actual complejo parroquial de
Santiago Apóstol y colegio del mismo nombre, construidos en la calle Doctor
Olóriz después de la trágica riada de octubre de 1957.
Es de justicia el destacar aquellas abnegadas profesoras del
Ave María, que finalizada la guerra
civil, de manera altruista, después de cumplida su jornada laboral emprendían
otra importante labor el dar clase a mujeres adultas, no solo de enseñanza,
sino también de costura, además de las "labores propias de las mujeres" como se decía en
aquellos ya lejanos tiempos.
No podemos olvidar que durante la mitad de la década de los
años cincuenta, en el amplio patio del referido colegio, la parroquia instaló
un popular cine de verano con el nombre de “Terraza Olóriz”.
Esto es en síntesis la historia de las escuelas del Ave
María (1912-1966), que incluso en plena vorágine y represalias durante la
guerra civil, el vecindario siempre mantuvo el nombre de Colegio del Ave María.
(1960)
El actual colegio Santiago Apóstol y la parroquia del mismo
nombre se levantaron en el mismo lugar donde anteriormente se encontraba la
pequeña iglesia separada por un muro del espacioso recinto donde se encontraba
el colegio objeto de este relato.
El nuevo complejo de Santiago Apóstol con gran boato y
solemnidad fue inaugurado el día 5 de marzo de 1966. Tan solemne acto se vio
concurridísimo, al cual asistieron las máximas autoridades valencianas.
Apadrinó el acto el Regimiento de Caballería Lusitania número ocho, quien
marcialmente rindió los honores de ordenanza una compañía de gastadores, uniformados de gala pertenecientes al mismo.
Texto de Juan B. Viñals Cebríá
Fotos del Archivo de Juan B. Viñals Cebría
Fotos del Archivo de Juan B. Viñals Cebría
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