Archivo Rafael Solaz
1932 - La celosa gestión del alcalde D. Vicente Lambies era fiel al impulso reformador que en lo urbanístico y propugnado por Vicente Blasco Ibañez tanto necesitaba la ciudad. La austeridad en su gestión no significaba parón alguno a las urgentes obras en torno al paseo de la Alameda, sino todo lo contrario.
Bajo la dirección del arquitecto municipal Francisco J. Goerlich fueron aquellos años treinta de gran actividad, lo que iba a significar un cambio radical en la zona, como importante y nuevo corazón viario en el que iban a confluir la Gran Vía Marqués del Turia con la Avenida del Puerto a través de un nuevo puente, y el Llano del Remedio con la avenida Jacinto de Benavente. Y como guinda a la zona, el nuevo proyecto para la Alameda que en su ampliación y a través de la avenida de Mariano Aser, se uniría con la Estación Central de Aragón.
Desaparecía con la ampliación de la Alameda un grupo de casas situado entre el nuevo puente y el del Mar, que pasaba a ser peatonal con la instalación de artísticas escaleras en una y otra parte del cauce.
Y como consecuencia y para ensanchar la zona, pasaban a propiedad municipal terrenos que hasta entonces pertenecían a la Compañía de Ferrocarriles habilitados como aparcamientos, y parte del parque de equitación que para esta finalidad venía utilizando el Ministerio de Guerra junto al muelle de mercancías. También se expropiaba el edificio "cocheras tranvías", necesario para la instalación de vías y planchas metálicas sobre el nuevo puente.
Vemos el proyecto de ampliación del Paseo de la Alameda que iba a embellecer la zona gracias a la decisión de la Alcaldía y a la laboriosidad de su Arquitecto Mayor, Sr. Goerlich, que a la sazón iba dejando su huella en el resto de la ciudad.
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