Archivo Rafael Solaz
1912 - El pan falto de peso era sometido a una minuciosa vigilancia por parte del Ayuntamiento en beneficio de los consumidores, más aún al ser un alimento de primera necesidad, en especial para los más humildes que tenían en el pan y por su economía, lo básico del diario sustento familiar.
Y entre sus muchas funciones los empleados de Repeso, provistos de una balanza y un saco, se presentaban todos los días en los alrededores del mercado a la espera de los carros de pan, cuando estos, "los ruteros", se dirigían a sus puestos, a los que echaban el alto decomisando las barras que no alcanzaban su peso, extendiendo la multa correspondiente.
Y de esta guisa, en las fiestas de fallas de 1912 y en la
calle de Gracia número 32, panadería, el Diario de Valencia en
su columna Gacetillas, se hacía eco acerca de D. Senen Tortajada, maestro de obras y propietario del horno que era sucursal del "Forn de Benicalap", quien alardeaba de su honradez mediante una fallita que
había "plantado" para el disfrute de su clientela, "alusiva al
repeso del pan que con tanto celo y aplauso del público han hecho alarde los
señores tenientes alcaldes en lo que va de año nuevo". A su pie podía
leerse:
"El repés ni un pá s'andut
del forn de Benicalap,
el dona llarc com ningú
y superior calitat.
D. Senen Tortajada, a la sazón, quien entre mi familia hace muchos años
era mencionado en palabras de mi madre como el abuelo Senen, mi bisabuelo.
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