Archivo Municipal
Con los derribos llevados a cabo entre los años cuarenta y
sesenta la plaza de la Reina dejaba de ser pequeña y triangular a costa de
perder en sus flancos dos emblemáticas y concurridas calles: la de Zaragoza, protagonista de
entrañables postales, y la de Campaneros, siempre ignorada por el souvenir viajero.
La calle Campaneros hacía esquina a la del Mar, desembocando
en la plaza del Miguelete. Por este nombre ya era conocida en 1644, según un
bando para la procesión de gracias por la rendición de Lérida al monarca Felipe
IV. Posteriormente, por providencia del Almotacén de 20 de abril de 1706.
Calle en la que se alojaban desde tiempo inmemorial varios
individuos dedicados al trabajo del bronce, con la construcción de campanas tan
requeridas por la Valencia conventual con sus “mil torres”. En la antigüedad
fue conocida como de la Corretjería Vella en su trayecto desde la plaza del
Miguelete hasta sus primeras cuatro esquinas, y al resto del tramo, hasta la
calle del Mar, se le llamaba la Drapería del Li. No obstante, en una escritura ante José Tudón de 6 de
junio de 1651, figuraba como dels Pochets la calle que nos ocupa.
Vemos la foto de final de los veinte en la que destaca
Bordados Bruna, con sus modistas especializadas en toda suerte de fantasías,
“sus preciosos modelos en PLEGADOS para adornos. Figurines, vainicas y botones
forrados”.
En la calle Campaneros 30, siempre abanderados de la novedad, en un día que se adivina frio.
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