Archivo Rafael Solaz
1930 Ca.- Manuel Martínez, popularmente
conocido como "El Tigre de Ruzafa" por su temperamento luchador e
indomable, decían de él sus seguidores "que todavía no ha nacido el toro
que le haga temblar".
Y para certificar su bravura el
cronista recurría a la Geografía, toda vez que en su muslo derecho se tendían
todos los caminos vecinales de la provincia de Teruel, mientras que en el
izquierdo se asemejan todas las carreteras que algún día se observarán en la de
Castellón; y en su pecho "veredas, caminos y hasta puentecillos de los que
están en proyecto en Extremadura". En la zona abdominal, se vislumbraba el
proyecto tan deseado de autopista que uniría Valencia con Madrid.
Para resaltar tan significativo mapa
nacional, "El Tigre de Ruzafa" tuvo que curtir su piel en las
enfermerías de plazas de toros de España, Francia, Méjico, Venwezuela y
"otras plazas de este mundo y del otro, o sea de Europa y América".
De tal manera, que cuando el médico de un coso taurino exigía a sus ayudantes
una mayor dotación de gasas, árnica y yodoformo, estos sabían de inmediato que
la presencia en la plaza de Manolo Martínez, justificaba la petición.
En Valencia, quien quería al "Tigre de
Ruzafa" como un hijo, no podía ser otro que Paco Serra, médico de la
enfermería, evidenciado por las tantísimas veces que lo había visto nacer entre
sus manos.
Su agradecida cualidad era la del
valor siempre, al que se unían en muchas ocasiones muletazos de gloria entre
música y aclamaciones, con volapiés memorables sobre el morrillo, orejas y
rabo, portado a hombros desde la plaza hasta la puerta de su misma casa.
Manuel Martínez Solaz quien tomó la alternativa en Madrid en 1924, no estuvo entre las "glorias del toreo", pero durante 24 años paseó su Ruzafa querida por las plazas de todo el mundo.
Manuel Martínez Solaz quien tomó la alternativa en Madrid en 1924, no estuvo entre las "glorias del toreo", pero durante 24 años paseó su Ruzafa querida por las plazas de todo el mundo.
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