Ubicación
Se encontraba en la parte posterior de la Iglesia de San Roque en la plaza de la Virgen de Montiel. Flanqueando la escalera que da al
templo se encontraba a la parte derecha. Formaban el espacio de su ubicación -siempre subiendo al templo- a la izquierda la alquería de los Mir llamada del "tio Rull", y había entre la alquería y el templo
un espacio (yo lo he visto como solar) pero que era la antigua
“iglesieta“ de Benicalap. Frente al horno había un olivo centenario que estuvo hasta bien entrado los años ochenta, y un pequeño espacio
que fue campo también de olivos. Oí de los mayores que a finales del siglo XIX
y principios del XX, en el verano,
acudían los feligreses de las alquerías para oír misa y que al no caber en la
pequeña ”iglesieta“ se colocaban toldos para soportar el calor.
El sacerdote que oficiaba venía en una “tartaneta” desde Valencia, ya que
pertenecía en aquella época a la iglesia
de San Bertomeu que estaba en la calle de Serranos (todavía está el campanario)
que se derrumbó en la postguerra trasladándola como Colegiata a la avenida del
Antiguo Reino de Valencia .
El Forn de Canya
Como he señalado
estaba en la parte derecha de la subida de las escaleras de entrada en San Roque.
Era un edificio rectangular que sobresalía de la línea de la iglesia unos treinta metros. Entrabas y en la parte izquierda había un mostrador de mármol donde se
expendía el pan. Yo tendría unos ocho años y recuerdo que el mostrador para mí
era muy alto, ya que tenía que apoyarme y con esfuerzo llegaba a recoger el pan
y las sobras de dinero. Enfrente y entrando hacia dentro estaban unas mesas
anchas de madera, donde las mujeres del
vecindario traían en unos lebreles la masa
que habían preparado en casa, y que envuelta en una mantita morellana daban forma al pan que se iba a cocer, redondo,
alargado. Previamente enharinaban las “llandas”, colocaban la masa del pan, y
el hornero, a pie de boca de horno, los
metía dentro. Cerca de la boca del horno y encima de las mesas un palo lateral
servía de apoyo a las distintas palas que el hornero usaba. Por la mañana y
también por la tarde, traían calabazas
para asar, cacahuetes, boniatos... y sobre todo, a medio día, llegaban las
cazuelas preparadas para hacer el arroz al horno de la comida. Eran un festín
para la vista y las papilas olfativas cuando llegaban las fiestas y la
celebración de los santos de las distintas casas. Todo venía preparado de casa,
se colocaban en las “llandas” y se metían a hornear. Después cada cual
celebraba y degustaba en las fiestas. El “forn” tenía en la parte derecha una
escalera que daba a la parte superior donde estaban las habitaciones de los propietarios. En esa
parte habían unas ventanas que daban a un espacio donde se ubicaba, pared con
pared, "casa Gracieta", a continuación la casa del párroco de Benicalap que
lindaba con el “Portalet” y la "alquería de la Retora".
Era el horno más antiguo de Benicalap y la construcción podía ser muy bien de la misma época que los edificios laterales del conjunto. Los restantes hornos son de la postguerra: el “forn de Rosita” en el Camino Viejo de Burjasot, antiguamente de Vicente Cifre y la Sra. Isabel que se trasladó a la actual "panadería Cifre" en el grupo Agrifersa de la avenida de Campanar; el “forn de España” en la calle Serratella y el “forn de la Tia Paca” y el de "las Rejas", ambos en la avenida de Burjasot.
Plano de la zona
Era el horno más antiguo de Benicalap y la construcción podía ser muy bien de la misma época que los edificios laterales del conjunto. Los restantes hornos son de la postguerra: el “forn de Rosita” en el Camino Viejo de Burjasot, antiguamente de Vicente Cifre y la Sra. Isabel que se trasladó a la actual "panadería Cifre" en el grupo Agrifersa de la avenida de Campanar; el “forn de España” en la calle Serratella y el “forn de la Tia Paca” y el de "las Rejas", ambos en la avenida de Burjasot.
Tenían
especial fama “les malenetas de
bizcocho, rosegons, almendraos, coques encaraes, panquemaos, coques en pases i anous , coques de sachi...etc”.
Referencia al cuadro de Manuel Benedito del “Forn de
Benicalap”
Recuerdo que lo
que era la boca del horno, el soporte de las palas y las mesas ante el
horno, están tal y como yo las retengo. También es exacto en la parte derecha del
cuadro una ventana y una escalera que conducía al alcabor, el lugar donde se dejaba reposar la masa mezclada con la levadura para usarla al día siguiente. Los
modelos son adaptados al cuadro. Hay que destacar que la chica lleva una cesta
(sistella) que era muy frecuente su uso y que se confeccionaban con cañas.
Postdata
El horno se derrumbó para hacer una nueva edificación en los años setenta. A finales de los sesenta cesó la actividad trasladándose los últimos horneros al existente de la calle de las Comedias.
El horno se derrumbó para hacer una nueva edificación en los años setenta. A finales de los sesenta cesó la actividad trasladándose los últimos horneros al existente de la calle de las Comedias.
Texto y plano de Eduardo Donderis Folgado.
Sobre Benicalap, para los intresados en sus habitantes desde el s.XVI, hago autopropaganda del libro "L'alqueria dels Moros de Benicalap".
ResponderEliminarAutopublicación de Josep Mir Fenoll. Interesados ; mirfenoll@yahoo.es