Archivo de Rafael Solaz
El chaflán de Casa Balanzá tenía su prestigio. Y con él sigue. Su posición privilegiada ayudaba a ello y la "puerta de Balanzá" era el lugar de encuentro más utilizado, tanto para los ansiosos del ocio en las horas nocturnas, como para cerrar un trato comercial a cualquier hora del día, al igual que para celebrar tertulias de café, copa y puro. Y allí acudían los limpiabotas para dar lustre a los zapatos a quienes requerían de sus servicios desde la hora del café matinal a la de media tarde de cualquier día laborable.
Entrada entre dos calles al “broadway valenciano”, en su barra interior se ofrecía un amplio surtido de aperitivos que hacían las delicias de su fiel clientela, en una rivalidad culinaria que se establecía entre otros afamados establecimientos del centro lúdico de la ciudad.
Tal era el atractivo que ofrecía su fachada, que complementaba su servicio con la publicidad en un marco de gran visibilidad y concurrencia que lo convertían en el ideal para anunciar al Hipódromo El Saler, tal y como se observa en la foto de los 70, que tras poco tiempo de uso, se quedó en un frustrado sueño de emular a otras prestigiosas carreras de caballos de gran repercusión nacional.
Las máquinas tragaperras se adueñaron del lugar, pero la "puerta de Balanzá" aún sigue fiel para cualquier cita cuando el reloj indique su hora.
Las máquinas tragaperras se adueñaron del lugar, pero la "puerta de Balanzá" aún sigue fiel para cualquier cita cuando el reloj indique su hora.
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