Colección de Paco Máñez
Se lanza el dicho hacia aquella persona que “no da puntada sin hilo” cuando manifiesta algo con intención escondida. Pero las alumnas de Casa Singer no se escondían, y se mostraban tras
el escaparate al público curioso, y que observador, fijaba su mirada mientras
enhebraban el hilo en la aguja para culminar su aprendizaje, como sucedía
en la planta baja de la tienda situada en la plaza de la Reina.
No es el caso de la foto en torno a 1930 de la calle Chapa del Grao, donde se observa cómo ya desde la tierna infancia se iba inculcando en las niñas la destreza para dominar tan popular máquina de coser.
La máquina Singer surgió de una pequeña empresa alemana fundada en 1863 por Isaac Merrit Singer, aunque tuvieron que pasar muchos años para qué en 1953 lanzará al mercado un original diseño que se iba a instalar en gran parte de los domicilios de las familias españolas, para convertirse en la actualidad en pieza de museo.
En Valencia fueron muy populares los locales citados, donde la mujer valenciana aprendió su dominio para ejercer en casa de costurera, como también para diseñar su propia vestimenta a base de patrones, dedal y aguja, al igual que algún que otro remiendo.
La foto de 1930 nos sirve como eficaz documento gráfico en el que se observa la atención que muestran las niñas desde tierna edad, dispuestas para ejercitarse en el dominio de la popular “máquina Singer”, qué iba a marcar una época en la mujer valenciana.
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