Ca 1870 – FOTO DE “LUDOVISI Y SU SEÑORA”
Los datos que nos aporta Pablo Carsí y Gil, escritor valenciano del siglo XIX, en su dietario
“Usos y costumbres de Valencia”, son interesantes para comprender la sociedad
valenciana de esa época. En el apartado de indumentaria los datos son
curiosos, con observaciones vividas en primera persona.
Reproducimos tal cual con la sui generis ortografía que él escribía:
“Modos de vestir las mujeres. Para salir de casa vasquiña negra de seda, o de lo que podían gastar, pero estrecha y un palmo no llegaba a tierra, de modo que cuando tenían que alargar los pies para pasar alguna balsa, se tenían que levantar un poco la ropa, para poder alargar la pierna, la mantilla negra lo mismo que la basquiña y un pañuelo al cuelo, avierto un poco por el pecho y traína muchas cotillas que le abrasaban todo el bientre. Las mujeres que criaban en la cotilla tenían como una ventanilla de la grandaria de un duro atada con dos sintas, y para dar de mamar a sus hijos desliavan la sinta y solo sacaban el mugrón de la teta, y el niño mamaba. En el año 1840 empesaron a conoserse en Valencia los miriñaques. En 1860 los vestidos de las señoras con cola, antes ya los llevavan algunas señoras. En 1848 empesaron los carritos de mano.
Los sapatos tenían una punta larga y de cara estrecha, y un grande tacón de tres dedos de alto y era de madera, forrado de lo mismo del sapato, cuando entraban en casa hasian mucho ruido. Para aser estos tacones había en Valencia muchas casas de este oficio, que se llamaban taconers. El pelo de la cabeza, o sean los cabellos los traían todos tirados atrás, y acian de todos una trena, y la asían doblada y atada con un cordón negro, y se llamaba la castaña, no salían de casa sin traer puesta la basquiña. Esta clase de vestir duró hasta el año 1808. Cuando avia algún baile en alguna casa, cuando bailaban las mujeres desian los que miraban: Baya el taconeado, y estas meneaban los pies tan aprisa, que movían un ruido muy particular. En siendo de noche ninguna mujer salía sola de casa, como no fuera acompañada por un hombre de casa, y aún de día ninguna doncella salía sola de casa. Estas reglas duraron hasta 1808.
Los hombres. Modos de vestir. Traían o vestían unos calsones hasta la rodilla, y entre las piernas un corte con tres i cuatro botones, esto era para mear. Las medias largas, y las ligas las ataban por ensima de las rodillas. Los chalecos cortos y las chaquetas cortas. Los sapatos con punta y una ervilla. El cabello lo mismo que las mujeres, otros que podían gastar más llevaban coleta, atada con sinta negra y larga, y cofia en la cabeza, unos la traían negra, otros roja con una borla atada con un cordón, y montera de terciopelo negro y capa de paño negro, o asul.
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Los que podían gastar, llevaban sombrero en tres picos pues no se conosian de otra clase. Capa de paño rojo, de grana con vueltas blancas, también avia capas de paño blanco, y la chaqueta de tela de seda y lo mismo el chaleco y los calsones, y los botones de las rodillas de plata y los de entrepiernas (o la bragueta que así se llamaba) de lo mismo, y medias de seda blancas y los sapatos con punta y ervillas de plata. Otros que podían gastar más, hiban vestidos lo mismo, pero con una larga casaca de seda, y un reloj delante.”
Texto y fotos de Rafael Solaz
Muy interesante el texto y las fotos, el libro que afortunadamente tengo en mi poder, es una libro interesantísimo de leer y muy curioso. Buen día Julio para ti y para todos. Gregorio
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