(Con mi agradecimiento a Pilar Bravo Escriche)
1958 - La entrañable y vieja dársena de aquellos años cincuenta de nuestra infancia, la de los paseos en frágiles golondrinas por sus aguas de tono plomizo, con giro de retorno una vez alcanzada la “gitá”, bajo el vuelo de las gaviotas prestas a picar su captura, navegando entre lo barcos pesqueros en su descanso dominical, queda difuminada entre el olvido y el nebuloso recuerdo de los pétreos peldaños que configuraban la Escalera Real: la que nos acercaba aún más a las tranquilas aguas del puerto.
Escalones de regias llegadas durante el siglo XIX que, tras varias modificaciones, adquirió su aspecto definitivo en 1916 con la inauguración del Edificio del Reloj, convirtiéndose el conjunto en un lugar emblemático pese a la desaparición en los años ochenta de los peldaños para facilitar el servicio de la estación portuaria a los barcos que atracaban en su llegada a la ciudad.
La dársena de muy gratos paseos en la mañana de un domingo, queda para el recuerdo gracias a la fotografía familiar como la que disfrutamos en la proximidad de la Escalera Real con el inmediato fondo de “la golondrina” que nos ha paseado por las aguas de aquella pequeña dársena, que si hoy se ha convertido en lugar de atraque de lujosos megayates, ha perdido, sin embargo, todo el encanto que antaño ofrecía como lugar de apacible viaje por sus aguas, mientras los pescadores de caña pespunteaban su malecón.
La dársena de muy gratos paseos en la mañana de un domingo, queda para el recuerdo gracias a la fotografía familiar como la que disfrutamos en la proximidad de la Escalera Real con el inmediato fondo de “la golondrina” que nos ha paseado por las aguas de aquella pequeña dársena, que si hoy se ha convertido en lugar de atraque de lujosos megayates, ha perdido, sin embargo, todo el encanto que antaño ofrecía como lugar de apacible viaje por sus aguas, mientras los pescadores de caña pespunteaban su malecón.
Muy bonitas las fotos y el comentario . Un abrazo . Gregorio
ResponderEliminarGregorio, el lugar era precioso, con su Escalera Real.
ResponderEliminarUn abrazo