Archivo Municipal
(Pabellón inaugurado en 1926 de Carlos Cortina)
(Pabellón inaugurado en 1926 de Carlos Cortina)
Un año más, en breve, comenzará la Feria
de Julio de Valencia. Una tradición de nuestra ciudad de la que han disfrutado
muchas generaciones de valencianos.
Curiosamente, el origen de la Feria de
Julio lo encontramos en las corridas de toros que los días 23, 24 y 25 de julio
se celebraban en Valencia por las fiestas de Santiago y Santa Ana. Durante
estos días la ciudad de llenaba de aficionados y curiosos de diferentes
poblaciones. Y su finalización marcaba el principio del éxodo de las clases
media y acomodada que huían del calor en busca de temperaturas más agradables
en Godella, Bétera o el Cabanyal, quedando la ciudad vacía hasta el mes de
septiembre.
El Ayuntamiento de Valencia, con el
impulso de tres concejales vinculados al sector comercial, —Pedro Vidal, José
Saura y Enrique Ortiz—, propuso en 1870 la celebración, en el mes de julio, de
una feria con exposición de productos y ganado, y, por supuesto, la celebración
de corridas de toros. La propuesta tuvo muy buena acogida y en ella se implicó
toda la sociedad valenciana.
Un año después, en 1871, el concejal Mariano Aser fue nombrado presidente de la Feria de Julio, escogiendo el Paseo
de la Alameda para instalar la feria. La propuesta fue seguida con entusiasmo
por los diferentes gremios, quienes financiaron un castillo de fuegos
artificiales. El alumbrado de la feria corrió a cargo del Marqués del Campo,
Don José, quien realizó —y financió— la instalación de gas necesaria para ello.
A partir de entonces, año tras año, la
Feria de Julio ha convocado a miles de valencianos, dispuestos a disfrutar del
frescor de la noche durante los calidos días de mes de julio.
Fuente: La Feria de Valencia. Imágenes de la Biblioteca Valenciana. Ed.
Generalitat Valenciana, 1998.
Texto de Mauro Guillén
No hay comentarios:
Publicar un comentario