Los carpinteros se acercaban hasta el molde de piedra del Palacio Arzobispal. Querían simplemente comprobar si su barcella se ajustaba a la medida oficial. Había que tener en cuenta que una barquilla tenía la medida de un cuarto de fanega, o sea, más o menos 10 litros.
Un primitivo Almudín se estableció en los solares que más tarde ocuparía el Palacio Arzobispal. Hubieron momentos de la historia valenciana en los que el único cereal no era el arroz. Justo en este lugar y alrededores proliferaban las Alhóndigas, donde se almacenaba trigo. Tenemos el ejemplo de que una de las construcciones de la época romana mas grande fue el Horreum, donde parece ser que se recogía vino, aceite y harina. De época árabe se conoce otro almacén o silo de trigo muy cercano a la mezquita, en el entorno del foro romano, y ya en época cristiana hubieron otros, aunque de forma provisional. En el momento medieval se estableció en el lugar que ya ocupa en la actualidad, el que derivó de la palabra árabe “Almud”, siendo esta una unidad de medida de granos, y que le llamaríamos Almudín.
La calle en cuestión en tiempos mas remotos era la calle de Santa María, y comenzaba en la plaza de les Gallines, nombre debido a la venta de aves de todo tipo, que en ella se comercializaba. Quedaba un solar donde se construyeron varios anexos catedralicios, que fueron el Aula Capitular y la Capilla del Santo Cáliz. Hasta que llegó a su denominación actual todavía pasó como calle Virgen de la Cueva Santa.
Lo que más llama la atención es el pórtico que se levanta a mitad de la corta calle. Remontando a 1355, al obispo Vidal de Blanes se le otorgó esa gracia, la de poder pasar desde el Palacio Arzobispal a la Tribuna de la Iglesia Mayor, aunque tuvo que esperar ser paseado a 1399. No nos encontraremos el original, porque se renovó en 1776, y suerte tuvo de ser salvado de las llamas durante el incendio del Palacio Arzobispal durante la Guerra Civil.
Poco más se puede decir de esta calle escasa, pero de paso obligado para entrar en la Valencia más ancestral, desconociendo al hacerlo que pisamos por lo que en su época había un cementerio destinado a los canónigos, adosado a la pared de la Catedral.
Una respuesta
final, para una pregunta. ¿Porqué se colocaría el molde de piedra en esa
pared? Hay que saber que parte de la
industria del trigo se utilizaba para pagar el impuesto del diezmo a la
iglesia. Y otra que me olvidaba, ¿Porqué se desdibujaron las letras, parecen
rascadas, debiendo ser cuando se destinó como patrón de medida, si tan solo
decía dos nombres?
Texto de Amparo Zalve Polo
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