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miércoles, 2 de noviembre de 2016

NACIMIENTO DE UN COLEGIO: ESCOLAPIOS DE MICER MASCÓ.

 
1952 - Quiero relatar grandes cosas en pequeños espacios, tarea dificultosa, pero con buena disposición, me lanzo a ello.

Corría el año 1949, las Escuelas Pías resuenan en toda la ciudad de Valencia, la traída de las reliquias de su fundador, San José de Calasanz. Grandes eventos se llevaron a efecto.



Un antiguo alumno José Fuenmayor, al que conocí ya de lejos, pues “era de los mayores” junto con la comunidad del Padre Jesús Gómez, se le ocurrió la brillante idea, como mentor hacia la Comunidad, de comprar en su subasta, los terrenos que ocupaban, el medio edificado colegio de la Asociación Alemana de Enseñanza, en la calle Micer Mascó. Tras muchas dificultades, Bancos, Notarios, Hipotecas, Pagos y sudores… ¡el solar es nuestro!


Comenzando los 50, todavía un barrio en ciernes, muchas huertas en derredor, naves industriales, y edificios consolidados, como el Colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón, Las Facultades de Ciencias y Medicina, palacio de Ripalda, la Feria de Muestras, el chalet del Marqués de San Juan, Tabacalera o aquel viejo Mestalla. Se comentaba que estaba al otro lado del rio, y eso “separaba mucho”.


Don Cayetano Borso di Carminati como arquitecto, y don Vicente Mortes Alfonso, como ingeniero y director de la constructora SICOP, asistidos por otros técnicos, realizaron la obra que actualmente luce en la calle Micer Mascó.


Remitiéndome al principio, y antes de dar las primeras paladas, fueron varios los actos que celebraron, como fue la colocación de la primera piedra, piedra vaciada, donde se introdujeron varios periódicos del día y monedas varias de curso legal, así como un documento firmado por los artífices del proyecto y autoridades del momento, como fueron entre otros, el Arzobispo de Valencia don Marcelino Olaechea, don Manuel González Martí, don Martín Domínguez, don Vicente Mortes, don Cayetano Borso, el provincial padre Jesús Gómez, el rector padre José María Blay, don Godofredo Ros, etc., el documento empezaba con una oración dando las Gracias al Altísimo, y terminaba diciendo que el Colegio deberá ser Altar y Escuela, para hacer fecundo el perenne Lema: Piedad y Letras A.M.P.I., se cerró con su tapa la piedra, y se fundió con los cimientos.

Fotos Luis Vidal.

Texto de Germán Gómez

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