https://valenciablancoynegro.blogspot.com/search/label/Ss

lunes, 30 de noviembre de 2015

SURCO


En el verano de 1956 se inauguró en Valencia, en el número 3 de la calle Pérez Pujol, una de las primeras tiendas especializadas en discos: Surco. Un moderno y lujoso comercio que ponía al alcance de los valencianos las últimas novedades musicales, nacionales e internacionales, con discos de microsurco de todos los estilos: música clásica, opera, jazz, melódica, pasodobles y, sobre todo, mucha música italiana tan de moda en los años 50.

                                              
La tienda se hizo rápidamente popular entre los aficionados valencianos gracias a la edición de una pequeña revista de difusión gratuita, Noticiario Surco, donde además de informar de las últimas novedades, se incluían entrevistas con los músicos y cantantes de moda: José Iturbi, Manolo Caracol o una jovencísima Carmen Sevilla.

En Surco también se vendían los más modernos reproductores de Alta Fidelidad y ¡con aguja de zafiro!

Esta aventura comercial se vio truncada por la tristemente famosa riada del año 57, que castigo duramente el centro de la ciudad, pero no acabó con este sueño de modernidad de unos jóvenes valencianos, ya que Surco continuó vendiendo discos durante muchos años más.

Texto de Mauro Guillén
Fotos de su archivo privado.


sábado, 28 de noviembre de 2015

EL BARQUILLERO: TIENDA DE ALPARGATAS.

Archivo: Rafael Solaz

1921 - Esta tienda fue muy entrañable en la plaza del Mercado. Como consta en el anuncio tenía su puesto frente a la Lonja, al lado de la iglesia de Sant Joan (los Santos Juanes), cuando aún el Mercado Central se hallaba en obras y, por lo tanto, no se había inaugurado.

Tal vez su propietario, Timoteo Arambul, se inspiró en el título "El Barquillero" por algún familiar próximo que se dedicaba a recorrer las calles de Valencia con la ruleta ambulante, aquél que invitaba al juego de azar repartiendo como premio los deliciosos barquillos, personaje muy popular por aquellos años. Tal vez. En la ciudad también había existido otro  comercio con este nombre: el de tejidos propiedad de Ros y Villanueva en la vecina calle de Ramillets (lo vimos anunciado en 1880 ofreciendo un completo surtido de géneros para lutos).

Pero volviendo a nuestra tienda del Mercado, vemos que estuvo ubicada en un punto estratégico para la venta de las omnipresentes espardenyes de careta, aprovechando la presencia de los labradores que asistían al mercado. No sólo vendía las alpargatas ya confeccionadas sino toda clase de hilos, cuerdas y artículos para fabricarlas.

Caseta número 20, un gran almacén de ruleta, huerta y cáñamo.

Texto de Rafael Solaz Albert

jueves, 26 de noviembre de 2015

LA CALLE CAMPANEROS


Archivo Municipal


Con los derribos llevados a cabo entre los años cuarenta y sesenta la plaza de la Reina dejaba de ser pequeña y triangular a costa de perder en sus flancos dos emblemáticas y concurridas calles: la de Zaragoza, protagonista de entrañables postales, y la de Campaneros, siempre ignorada por el souvenir viajero.

La calle Campaneros hacía esquina a la del Mar, desembocando en la plaza del Miguelete. Por este nombre ya era conocida en 1644, según un bando para la procesión de gracias por la rendición de Lérida al monarca Felipe IV. Posteriormente, por providencia del Almotacén de 20 de abril de 1706.

Calle en la que se alojaban desde tiempo inmemorial varios individuos dedicados al trabajo del bronce, con la construcción de campanas tan requeridas por la Valencia conventual con sus “mil torres”. En la antigüedad fue conocida como de la Corretjería Vella en su trayecto desde la plaza del Miguelete hasta sus primeras cuatro esquinas, y al resto del tramo, hasta la calle del Mar, se le llamaba la Drapería del Li. No obstante,  en una escritura ante José Tudón de 6 de junio de 1651, figuraba como dels  Pochets la calle que nos ocupa.

Vemos la foto de final de los veinte en la que destaca Bordados Bruna, con sus modistas especializadas en toda suerte de fantasías, “sus preciosos modelos en PLEGADOS para adornos. Figurines, vainicas y botones forrados”.

En la calle Campaneros 30, siempre abanderados de la novedad, en un día que se adivina frio.

martes, 24 de noviembre de 2015

EL FORN DE CANYA: "EL FORN DE BENICALAP"

El "Forn de Benicalap" de Manuel Benedito Vives (1897)

Ubicación

Se encontraba en la parte posterior de la Iglesia de San Roque en la plaza de la Virgen de Montiel. Flanqueando la escalera que da al templo se encontraba a la parte derecha. Formaban el espacio de su ubicación -siempre subiendo al templo- a la izquierda la alquería de los Mir llamada del "tio Rull", y había entre la alquería y el templo  un espacio (yo lo he visto como solar) pero que era la antigua “iglesieta“ de Benicalap. Frente al horno había un olivo centenario que estuvo hasta bien entrado los años ochenta, y un pequeño espacio que fue campo también de olivos. Oí de los mayores que a finales del siglo XIX y principios del XX, en el verano, acudían los feligreses de las alquerías para oír misa y que al no caber en la pequeña ”iglesieta“ se colocaban toldos para soportar el calor. El sacerdote que oficiaba venía en una “tartaneta” desde Valencia, ya que pertenecía en aquella época a la iglesia de San Bertomeu que estaba en la calle de Serranos (todavía está el campanario) que se derrumbó en la postguerra trasladándola como Colegiata a la avenida del Antiguo Reino de Valencia .

El Forn de Canya
  
Como he señalado estaba en la parte derecha de la subida de las escaleras de entrada en San Roque. Era un edificio rectangular que sobresalía de la línea de la iglesia unos treinta metros. Entrabas y en la parte izquierda había un mostrador de mármol donde se expendía el pan. Yo tendría unos ocho años y recuerdo que el mostrador para mí era muy alto, ya que tenía que apoyarme y con esfuerzo llegaba a recoger el pan y las sobras de dinero. Enfrente y entrando hacia dentro estaban unas mesas anchas  de madera, donde las mujeres del vecindario traían en unos lebreles la masa  que habían preparado en casa, y que envuelta en una mantita morellana daban forma al pan que se iba a cocer, redondo, alargado. Previamente enharinaban las “llandas”, colocaban la masa del pan, y el hornero, a pie de boca de horno, los metía dentro. Cerca de la boca del horno y encima de las mesas un palo lateral servía de apoyo a las distintas palas que el hornero usaba. Por la mañana y también por la tarde, traían  calabazas para asar, cacahuetes, boniatos... y sobre todo, a medio día, llegaban las cazuelas preparadas para hacer el arroz al horno de la comida. Eran un festín para la vista y las papilas olfativas cuando llegaban las fiestas y la celebración de los santos de las distintas casas. Todo venía preparado de casa, se colocaban en las “llandas” y se metían a hornear. Después cada cual celebraba y degustaba en las fiestas. El “forn” tenía en la parte derecha una escalera que daba a la parte superior donde estaban  las habitaciones de los propietarios. En esa parte habían unas ventanas que daban a un espacio donde se ubicaba, pared con pared, "casa Gracieta", a continuación la casa del párroco de Benicalap que lindaba con el “Portalet” y la "alquería de la Retora".



Plano de la zona

Era el horno más antiguo de Benicalap y la construcción podía ser muy bien de la misma época que los edificios laterales del conjunto. Los restantes hornos son de la postguerra: el “forn de Rosita” en el Camino Viejo de Burjasot,  antiguamente de Vicente Cifre y la Sra. Isabel que se trasladó a la actual "panadería Cifre" en el grupo Agrifersa de la avenida de Campanar; el “forn de España” en la calle Serratella y el “forn de la Tia Paca” y el de "las Rejas", ambos en la avenida de Burjasot.

Dulces que elaboraban

Tenían especial  fama “les malenetas de bizcocho, rosegons, almendraos, coques encaraes, panquemaos, coques en pases i  anous , coques de sachi...etc”.

Referencia al cuadro de Manuel Benedito del “Forn de Benicalap”

Recuerdo que lo que era la boca del horno, el soporte de las palas y las mesas ante el horno, están tal y como yo las retengo. También es exacto en la parte derecha del cuadro una ventana y una escalera que conducía al alcabor, el lugar donde se dejaba reposar la masa mezclada con la levadura para usarla al día siguiente. Los modelos son adaptados al cuadro. Hay que destacar que la chica lleva una cesta (sistella) que era muy frecuente su uso y que se confeccionaban con cañas.

Postdata

El horno se derrumbó para hacer una nueva edificación en los años setenta. A finales de los sesenta cesó la actividad trasladándose los últimos horneros al existente de la calle de las Comedias.


Texto y plano de Eduardo Donderis Folgado.

domingo, 22 de noviembre de 2015

PLATA MENESES

Archivo Rafael Solaz


1914 - La que fue muy popular Plata Meneses había adquirido en la segunda mitad del siglo XIX tal prestigio nacional que obtuvo en 1875 el título de Sociedad Proveedora de la Casa Real, por el que soñaban muchas de las firmas de mayor resonancia social de la época. Fundada en 1840 por Leoncio Meneses, dedicó su actividad al lucimiento de las mesas más granadas de la vida española, con sus productos de platería y cubertería de plata y alpaca plateada. Antes de que finalizara el siglo, Plata Meneses había conseguido su reconocimiento internacional, exportando a ultramar una lujosa orfebrería en la que también se había especializado, consolidando su prestigio con un Diploma de Honor en la Exposición Universal de Bruselas de 1910.

Centralizada en Madrid, tenía "casa" en Valencia, en la calle la Paz número 5, donde se publicitaba como "Gran Fábrica Nacional de objetos de metal blanco, bronce y otros metales" con más de 50.000 modelos diferentes. 

Para atender el mercado de la orfebrería religiosa, además de ofertar todo lo necesario para el culto divino, se ofrecía para el ornato en la construcción de altares, andas, tronos, carrozas, frontales, púlpitos, lámparas, ciriales... "cuantos objetos especiales puedan necesitarse".

En servicios de mesa para cafés, fondas y vapores, el Cubierto Plata Meneses, con su extenso surtido, había alcanzado justa y renombrada fama, y tal era, que le hacía estar presente en todos los establecimientos de la época, con uno u otro de sus productos.

Y en cuanto a objetos para regalo sus constantes novedades "y al alcance de todas las fortunas", hacían que su "casa" de la calle de la Paz fuese muy visitada por los valencianos, donde el "arreglo y plateado de cubiertos y demás objetos usados" era una tentación para mantener como nueva la cubertería familiar.

viernes, 20 de noviembre de 2015

DOÑA EUGENIA VIÑES


1923 - El día 10 de diciembre de aquel año fallecía la muy ilustre señora Doña Eugenia Viñes y Cases, viuda de D. Ramón Genovés y Plaza tras "haber sufrido con resignación santa la cruel enfermedad que ha minado poco a poco su existencia". 

Fue la gran promotora del Asilo de Nuestra Señora del Carmen, frente al mar, justo en el limite donde se separan las playas del Cabanyal y la Malvarrosa, donde se puso la primera piedra un 31 de agosto de 1916 para ser inaugurado tres años después, el 16 de julio. Pese a las dificultades de aquellos años las obras no se paralizaron ni un solo día, por la firme decisión de Doña Eugenia de ver terminado su deseo, que puso a disposición de la Congregación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, cuando su enfermedad ya minaba su salud. El título del nuevo centro hospitalario fue debido a la devoción que desde su niñez había consagrado a la Virgen del Carmen.

Al entierro asistieron "los cleros de Nuestra Señora de los Ángeles y del Rosario, del Cabañal. Seguían los asilados de la Protectora de los Niños, San Eugenio, San Vicente y el del Carmen,...con toda la Comunidad de Madres Hospitalarias, que llevaban las cintas". Hubo una gran concurrencia de público como prueba de "afecto y de gratitud hacia la caritativa señora".

Tal y como nos dice Antonio Sanchis Pallares, investigador de los poblados marítimos, en su libro Historia del Grau, Eugenia Viñes "había escuchado las historias de su tío y de su padre, de las que éste se mostraba arrepentido". Al fallecer su padre y comentar el pasado familiar con su confesor desde la niñez, el Padre Luis Navarro, "dice la tradición oral que éste le aconsejo purificar el dinero así ganado por su padre", lo que le motivó la fundación de asilo.  

Su tio Eugenio Viñes, primo hermano de Vicente Viñes Roig, su padre, habían desempeñado una gran actividad marítima con una importante flota de barcos en El Grao, fruto de la actividad como traficantes de esclavos durante los años 1845 y 1866.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

PANORÁMICA DEL GRAO Y EL PUERTO.


Fuente: Exposición "Hechos de Agua"

1930 - Entre las más de dos mil fotografías que conforman la parte más importante de la exposición que ha promovido Aguas de Valencia para conmemorar su 125 aniversario y se podrá visitar hasta el 3 de enero en el Centro Cultural Bancaja de la plaza Tetuán de Valencia, destaca la panorámica tomada en 1930 del Grao de Valencia y el puerto desde un avión, un globo o un dirigible. En primer plano la estación del Ferrocarril del Norte, ex AVT,con la cubierta metálica que protegió del sol y las inclemencias atmosféricas a los viajeros que hasta 1916 utilizaron, principalmente durante los veranos, los trenes entre Valencia y El Grao para ir a la cercana playa de Caro, y la amplia playa de vías llenas de vagones de mercancías. Playa marina que desapareció cuando construyeron sobre ella los Astilleros de la Unión de Levante que fueron inaugurados en 1924.

La cubierta sobre dos vías de la estación fue destruida junto con la mayoría de las viviendas y almacenes del Grao que se ven en la panorámica por los bombardeos de la guerra 1936-1939 que los concentraron sobre las instalaciones portuarias y zonas aledañas. Se libraron de la destrucción total los edificios de las estaciones del ferrocarril y marítima, la iglesia de Santa María del Mar, las Atarazanas, parte de los tinglados modernistas y entre las viviendas la conocida Casa Calabuig. Menores daños en el Canyamelar, en la parte superior de la panorámica, ya que no era objetivo prioritario.La reconstrucción a partir de los años cuarenta del pasado siglo fue aprovechada para mejorar trama urbana y ensanchar viales, principalmente en el contorneo del puerto. 

Muestra conmemorativa de Aguas de Valencia, esencialmente fotográfica, donde el tiempo pasa rápido para los visitantes mientras se recrean viendo imágenes a través de seis pantallas táctiles y sus proyecciones sobre la pared de cambios urbanos, costumbres, festejos y vicisitudes que alteraron el convivir de los ciudadanos en siglo y cuarto.

Larga historia de la empresa que gestiona la potabilización de aguas de los ríos Júcar y Turia y las distribuye para el abastecimiento de la ciudad de Valencia, su área metropolitana y otros municipios de la provincia.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

lunes, 16 de noviembre de 2015

"EL TIGRE DE RUZAFA"


Archivo Rafael Solaz

1930 Ca.- Manuel Martínez, popularmente conocido como "El Tigre de Ruzafa" por su temperamento luchador e indomable, decían de él sus seguidores "que todavía no ha nacido el toro que le haga temblar".

Y para certificar su bravura el cronista recurría a la Geografía, toda vez que en su muslo derecho se tendían todos los caminos vecinales de la provincia de Teruel, mientras que en el izquierdo se asemejan todas las carreteras que algún día se observarán en la de Castellón; y en su pecho "veredas, caminos y hasta puentecillos de los que están en proyecto en Extremadura". En la zona abdominal, se vislumbraba el proyecto tan deseado de autopista que uniría Valencia con Madrid.

Para resaltar tan significativo mapa nacional, "El Tigre de Ruzafa" tuvo que curtir su piel en las enfermerías de plazas de toros de España, Francia, Méjico, Venwezuela y "otras plazas de este mundo y del otro, o sea de Europa y América". De tal manera, que cuando el médico de un coso taurino exigía a sus ayudantes una mayor dotación de gasas, árnica y yodoformo, estos sabían de inmediato que la presencia en la plaza de Manolo Martínez, justificaba la petición. 

En  Valencia, quien quería al "Tigre de Ruzafa" como un hijo, no podía ser otro que Paco Serra, médico de la enfermería, evidenciado por las tantísimas veces que lo había visto nacer entre sus manos.

Su agradecida cualidad era la del valor siempre, al que se unían en muchas ocasiones muletazos de gloria entre música y aclamaciones, con volapiés memorables sobre el morrillo, orejas y rabo, portado a hombros desde la plaza hasta la puerta de su misma casa. 

Manuel Martínez Solaz quien tomó la alternativa en Madrid en 1924, no estuvo entre las "glorias del toreo", pero durante 24 años paseó su Ruzafa querida por las plazas de todo el mundo.

sábado, 14 de noviembre de 2015

EL CONVENTO DE JERUSALÉN



1933 - El Convento de Jerusalén emplazado entre las calles de Játiva y San Vicente, que había sufrido la invasión francesa de 1811 con importantes destrozos, tras su posterior restauración, permaneció abierto al culto según referencias de prensa hasta 1932. También parte de sus instalaciones fueron utilizadas como hospital en 1915.

En este año de 1933 se publicó la noticia de que unos particulares habían adquirido la propiedad y como era su puerta principal del siglo XV lo que mayor interés arquitectónico encerraba, el Ayuntamiento, por entrega gratuita de los nuevos propietarios, acordó aceptar la portada con destino al Archivo. Pieza gótica que por hallarse en el interior de uno de los patios, no era muy vista por los valencianos, lo que motivó que la crónica de Las Provincias se acompañara del dibujo para que fuese conocida por quienes la ignoraban.

Durante un tiempo era frecuente ver en la prensa este anuncio, resaltado: 

Materiales Derribo 
“Se venden en el mismo convento los materiales procedentes del derribo
 del convento de Jerusalén, chaflán calles Játiva y San Vicente”.

Un ilustre valenciano, D. Francisco de Paula Amat, que fallecería en Madrid en 1934, unos meses antes y en su última visita a nuestra ciudad, continuaba con su estudio acerca del personaje del Marqués de Brandemburgo, quien había sido enterrado en el Convento de Jerusalén en 1525, segundo esposo de doña Germana de Foix, Virreina de Valencia, quien con anterioridad se había desposado con el rey Fernando el Católico.

Antigua casa de mujeres devotas, el valenciano y papa Alejandro VI, en 1496 intervino para que fuese declarado como el “Convento del Santo Sepulcro de Jerusalén” bajo la advocación de nuestra Señora del Espasmo, a cargo de las religiosas franciscanas.

jueves, 12 de noviembre de 2015

PLACA A SEBASTIÁN MONLEÓN,



1926 - Sebastián Monleón  Estellés, el ilustre arquitecto constructor de nuestra plaza de toros y ya de lleno en el ambiente festivo de la Feria de Julio de ese año, tuvo su placa homenaje colocada en las instalaciones del coso taurino siendo inaugurada el domingo 25 de julio, por la mañana, en aquel día de San Jaime, obra de Arturo Boix, cuando se llevaban a cabo unas obras para la sustitución de su valla exterior.

Al acto inaugural hubo gran asistencia de gente, amenizado por la banda Unión Musical que en el momento del descubrimiento de la lápida interpretó "Lo cant del valensiá" entre grandes aplausos.

Se inició con la presencia del presidente de la Diputación, Sr. Carrau acompañado por diputados y el director del Hospital Provincial. Concurrieron los Sres. Llorente Falcó de Las Provincias, González Martí de Bellas Artes, el arquitecto Sr. Martorell que había sido delineante del Sr.  Monleón, Francisco Almenar de la Asociación de Arquitectos, Julio Jimenez de la Asociación de la Prensa Valenciana, y junto a otras personalidades, "los revisteros taurinos Aguaiyo, Menda, Tonico Alamares y Riaño".

Finalizó el acto con un breve discurso del Sr. Carrau ante la placa vertical de mármol gris, con la cabeza del Sr. Monleón en alto relieve y bronce, con el escudo de la provincia en la parte inferior. Y esta leyenda:

"Don Sebastián Monleón y Estellés, ilustre arquitecto valenciano, autor y director de las obras de esta Plaza de Toros, que cedió generosamente el importe de sus honorarios y derechos en beneficio del Hospital Provincial de Valencia. La Diputación Provincial le dedica este recuerdo, 12  Marzo 1926.- Comenzaron las obras en 1851. Terminaron en 1860"

Vemos la postal viajera de aquel año con un texto a su destino. 

martes, 10 de noviembre de 2015

LOS GATOS, LO MÁS BARATO.


Archivo Rafael Solaz

Captar la atención del cliente y motivarle a la compra. De siempre ha sido la mejor técnica de ventas. Pero el procedimiento, ajustado al tiempo,  hizo que en los años treinta el recurso de la prensa ocupando páginas enteras fuera lo habitual, en donde la palabra "barato" tenía su tirón. 

En las décadas de los veinte y treinta hubo quien de forma atrevida se publicitaba como el que "nadie, absolutamente, nadie, puede vender como LUIS FELIU". 

En su tienda LOS GATOS de la plaza del Mercado, esquina a Mantas, aseguraba que eran "los miles de compradores que diariamente invaden esta casa, quienes tienen nueva ocasión para su visita y hacer acopio de todos los artículos de la temporada de verano". Crespones, sedas, batistas, percales, cubrecorsés, camisas, toallas, medias de sed, paños rusos, ligas caballero,  más un largo etcétera, donde los precios reducidos eran de escándalo: desde juegos de cama matrimonio a 18 pts a calzoncillos 2 pts, con un sinfín de ofertas a veinticinco o cincuenta céntimos la unidad.

En su almacén de la calle de la Paz y entrada por Luis Vives, y con el grito de ¡ATENCIÓN! como LOS ALMACENES EL PISO, anunciaba la venta de todas las existencias de la quiebra de la tienda de LA BARCA de la calle las Mantas, "a precios no conocidos hasta hoy, verdadero desastre, ocasión única en Valencia". Ofreciendo anaqueles, escaparates y demás enseres. Razón: en la tienda de LOS GATOS.

Aunque el más exitoso sería LOS SÓTANOS,  "los más grandes almacenes de tejidos, los que más venden en Valencia". Desde este nuevo emplazamiento, en 1932, se clamaba a su clientela que con muy pocas monedas se consigue gran cantidad de género, concluyendo que "ya era hora que los obreros, que las clases más  humildes de la sociedad, tuvieran libre la entrada en lujosos establecimientos".

¡Junto con los almacenes EL PISO y LOS GATOS, son los más baratos!

domingo, 8 de noviembre de 2015

LA CASA DE SOCORRO DE RUZAFA



Fuente: Archivo Municipal

El servicio municipal de “Casas de Socorro”  inició su actividad en el año 1879 y aunque su ordenamiento contemplaba la instalación de varios centros, en Valencia y durante diez años, se prestó este servicio en exclusiva desde la instalada en aquel año,  el 18 de junio, y de forma fija en la calle de Serranos, en el edificio llamado de "les Olles".

Atrás quedaban otras instalaciones en la Alameda (torre de los Guardas),  en el Colegio del Corpus Christi y Casa Vestuario, todas de vida provisional, utilizadas en los primeros años de su ejercicio.

Tuvieron que pasar más de dos décadas para que Valencia disfrutase de un mejor servicio, prestando entonces atención sanitaria otras tres nuevas Casas de Socorro estratégicamente distribuidas. A la citada de la calle Serranos se sumaron otras tres: una en la Glorieta, la que atendía el barrio de Ruzafa y por último la situada en la proximidad del puerto, para la zona marítima. Con los años, otros nuevos establecimientos ampliaron el servicio en la ciudad.

En la foto vemos la Casa de Socorro que atendía la “terra del Gancho”, inaugurada en 1903, en la actualidad utilizada con otros fines.

viernes, 6 de noviembre de 2015

LA VALENCIA DE BLASCO IBAÑEZ


Archivo Biblioteca Valenciana

En 1908 Vicente Blasco Ibáñez decidió abandonar la política. Dejaba atrás sus años de "rosarios de aurora", de rebeldías que le llevaron a la cárcel de San Gregorio, de política nacional en la Carrera de San Jerónimo, para iniciar su particular "hacer las américas", que si en un principio significó el fracaso, al final y por sus crónicas bélicas, alcanzó la fortuna aburguesando su vida con "viaje de vuelta al mundo" y retiro dorado en Mentón.

Pero en sus primeros éxitos editoriales, en Arroz y Tartana, Blasco Ibáñez refleja la Valencia del momento torno a la plaza del Mercado, que por su vecindad de la calle Jabonería Nueva, lugar de sus primeras travesuras, conoció con todo lujo de detalle, más aún por su afán por la novela costumbrista tan en boga cuando finalizaba el siglo XIX.

En la postal viajera de 1908 se concentran aquellos lugares de los que se valió nuestro famoso escritor para dar vida y enjundia al mercado, introduciendo pintorescos personajes de gran atracción popular.

De La Lonja y sentados en sus escalones de entrada, ojos ansiosos  vigilaban al "Pardalot de los Santos Juanes" esperando el milagro misericorde. A los pies de la gran fachada barroca, las covachuelas, justificaban una terraza útil para observar las almenas, gárgolas, medallones reales y las bellas tracerías. Una al otro fijaban sus miradas en golosa abundancia junto al Mercado, con su "ambiente bullicioso, sensorial y colorista de sus puestos de venta".

Al lado, el cuerpo de la guardia del Principal, donde los soldados "refrescaban los calores del verano tomando melones y sandias". Un lugar, sin duda, donde en alguna ocasión debió surgir la orden de detención a nuestro intrépido autor.

El Mercado, con "los cestones de caña de las verduleras, y su vaho de hortalizas pisoteadas y frutas maduras", con el alivio de una duna de blancos toldos, completan nuestra postal. 

miércoles, 4 de noviembre de 2015

COMA, MORA CÍA.


Archivo Rafael Solaz

1912 - Este pequeño establecimiento se hallaba frente al antiguo horno de La Pelota. Vendían mesas para operaciones, lavabos, vitrinas, mesitas de clínica y toda clase de instrumentos de cirugía. Su especialidad eran los bragueros, las fajas y suspensorios a medida.

También fabricaban pequeños aparatos ortopédicos. Los clientes también adquirían algodones y vendajes. Pero lo curioso, curioso es que alquilaban mesas para operaciones. Sí, como lo leen, mesas preparadas para operar. Las alquilaban por días, por horas… Curiosísimo.

En la foto quizás las dueñas o operarias ante la atenta mirada de dos transeúntes.

Texto Rafael Solaz

lunes, 2 de noviembre de 2015

EL BAR TORINO

El Bar Torino en la Exposición Regional de 1909

El Bar Torino es todo un referente asociado al nacimiento del Valencia C.F. por ser el lugar donde se celebró su acto fundacional un 18 de marzo de 1919 en plenas fiestas falleras. Pero ya desde su puesta en escena en la Bajada de San Francisco 8 fue lugar de reunión para los aficionados al nuevo juego del balompié conocido entonces como "foot-ball".

En diciembre de 1906 un anuncio del periódico blasquista "El Pueblo" daba a conocer la próxima apertura del NEW BAR TORINO de Enrique Novejarque. Abiertas sus puertas iban a ser frecuentes las citas para los asociados a los diferentes equipos de la ciudad, como la del 14 de agosto de 1909 desde la Sociedad de Foot-ball "Hispano-Club"  que para la junta general  se encarecía la puntual asistencia a las 19 horas.

Pero las noticias no eran solo deportivas: los vecinos y transeúntes de la bajada de San Francisco se vieron sorprendidos en la noche de un 22 de diciembre de 1908 "por los estruendos de una fortísima detonación seguida del estrépito producido por rotura de cristales". Lo que sucedió fue la explosión de la máquina con que se elabora el agua de Seltz, que ocasionó desperfectos de importancia pero sin desgracias personales.

El Diario de Valencia anunciaba en 1912 en una escueta nota "la sidra asturiana 0,15 bok. y el champagne 0.20 en el Bar Torino.  Bajada de San Francisco 8".

En noviembre de 1916 se citaba a los capitanes de los equipos de balompié de la ciudad para tratar de la organización del campeonato de 1916 a 1917.  Su interés por el balón se mantenía en los años y así en  marzo de 1917 se convocaba "a todos los que fueron socios del Deportivo Espanyol FC y a todos los amantes del noble juego del Foot-ball para hoy a las 21,30" para tratar de la reorganización de la sociedad.

Para el 10 de julio de 1919 se convocaba a los presidentes de todas  las sociedades de Foot-ball a una reunión que se iba a celebrar a las 10 de la noche.

Días después, el 15 de julio de 1919, el Valencia Club de Fútbol "domiciliado en el Bar Torino" convoca a una junta general el próximo jueves a las 22 horas suplicando la asistencia de todos sus socios para tratar de asuntos de gran interés.

El Valencia CF había iniciado así su andadura.