miércoles, 29 de abril de 2015

EL PUENTE DEL MAR

puente del Mar y murallas. Foto Joulia. Ca. 1860
Ca 1860 - Archivo de Rafael Solaz 

Puente del Mar cargado al igual que con las piedras con la historia. De su funcionalidad y destino nos lo certifica su nombre por ser el punto más próximo que desde la salida de la ciudad amurallada, sorteando el llano del Remedio y a su través, era el trayecto obligado para la comunicación con los poblados marítimos.  

Puente que anteriormente había sido de madera, se construyó en 1596. Para su ornato dispone de dos casilicios que albergan en la actualidad las estatuas en piedra de la Virgen de los Desamparados y de San Pascual Bailón, ubicadas después de la guerra civil para reemplazar las anteriores figuras que habían sido destruidas. La de la Geperudeta, obra de Vicente Navarro y la del fraile franciscano de las manos de José Ortells, fueron colocadas entre diciembre de 1945 y febrero de 1946.

Desde su inicio existía el casilicio de "la Santa Cruz" y en 1677 se colocó otro enfrente con la imagen de San Pascual Bailón, fraile franciscano, sufragada por la Fábrica Nova del Riu, que sin tener noticias de su autoría,  fue restaurada en 1782 por el escultor Francisco Sanchis.

Sobre el casilicio de la Santa Cruz, existían las imágenes de San Vicente Ferrer, San Vicente Mártir y San Juan Bautista, que destruidas en 1709 por una tormenta,  en 1720 se acordó colocar la imagen de la Virgen de los Desamparados, realizada por Francisco Vergara el Mayor, donde estuvo situada tambien sobre el casilicio hasta 1776 cuando una riada la derribó.

Reconstruido el puente en 1781, al año siguiente se colocó una nueva imagen de la Virgen de los Desamparados, obra de Francisco Sanchis, ya bajo el casilicio, donde estuvo hasta la guerra civil. 

23 puente del mar 1975 1975 – Archivo de Rafael Solaz

En 1876 pasaron los primeros tranvías de fuerza en su línea hacia Villanueva del Grao y Pueblo Nuevo del Mar que en 1900 serían sustituidos por los eléctricos. De inmediato apareció la motorización que junto a los carros invadirían la calzada en perjuicio de los peatones hasta que en 1933, con motivo de la inauguración del puente de Aragón, y en su beneficio (toda vez que luciría en su diseño pináculos de piedra en ambos lados dotados de espectaculares escalonadas según proyecto de Goerlich), quedaría para uso exclusivo de los viandantes.

Calle, puerta, puente, camino, y con el mismo nombre, han visto pasar en su traqueteo y a ritmo lento al mismo carro y en repetidas ocasiones, trasladando su servicio hacia el mar desde el centro de la ciudad. 

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