jueves, 23 de abril de 2015

DÍA DEL LIBRO


1851 DIA DEL LIBRO
Archivo de Rafael Solaz

Recuerdo aquella librería desconcertada por el papel y los títulos. Allí estaba, ante mí el libro que cantaba sueños de cordón umbilical. No me interesaban sus tapas de colores como flores, ni sus dibujos grabados con manchas de satén. No me importó el volumen de mil hojas sin número. Ni el mágico aroma envejecido por la corteza de un árbol. Ni siquiera creo recordar que me atrajese el tema.

Aquellas páginas cosidas me atraparon porque sentí que encerraban el alma de una autora, la que no recuerdo. Cada vez que leía su nombre se borraba ante mis ojos, se diluía entre palabras vestidas de imprenta y luto, aquellas que una vez salieron para ser compartidas, tal vez con el propio universo.

Hoy he intentado sin éxito mirar la Luna. Quizá me pregunto si estaba tapada por un millón de muñecas que sobrevuelan mis sueños repletos de letras y grabados. Intentaba buscar otros paraísos escritos, de llegar al corazón negro que enciende las letras con música de papel. Pero siempre vuelvo, sin éxito, a buscar la imagen de aquel libro que una vez creí leer a ritmo de noche y mar. Recordar a aquella autora cosida entre las hojas de un alma disuelta por letras de humo. Aquel libro que aún hoy me pregunto si llegó a existir, pero que siempre busco en mis sueños de piel.

Día del libro, de aquel libro de noche sin luna, de sueño inacabado, de niña en el sepulcro del recuerdo, de todos los libros.

Texto y foto de Rafael Solaz

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