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viernes, 31 de octubre de 2014

LA GLORIOSA

LA GLORIOSA_ Jornada revolucionaria frente a la Lonja. 1869 Archivo de Rafael Solaz

El sexenio revolucionario fue rico en acontecimientos, y de grandes esperanzas representadas en “la Gloriosa” que, no obstante, no llegaron a concretarse.

El pronunciamiento del brigadier Topete, llevó al exilio a la Reina Isabel II en septiembre de 1868. 

Los políticos cogieron las riendas de la vida política, se crearon las Juntas Locales Revolucionarias en los pueblos españoles, se eliminaron los Alcaldes y se hicieron con el poder.

La Junta Revolucionaria en Valencia se pronunció con el mismo orden que entusiasmo, y el capitán general Gasset dejó el mando, después de que en elocución breve, diera cuenta de los sucesos del día. 

El pueblo, muy gozoso, se agolpó en la Capitanía General y puso al frente de la Junta a Peris y Valero, con vivas a la soberanía nacional y abajo los Borbones. Todo ello en alegre concierto, con las música por las calles hasta alcanzar la Lonja de la Seda, tal y como se observa en el grabado que rememora los sucesos.

Los presos políticos fueron puestos en libertad y la Junta Revolucionaria se mostraba entusiasta. Sin embargo, las ilusiones fueron quebradas en el paso de unos pocos años, mutadas por unas guerras cantonales, entre otras muestras de deslealtad,  que las dejaron sin aliento.

jueves, 30 de octubre de 2014

LA CASA DE LA CIUDAD

 


Archivo Municipal

1350 Ca. - La que fue conocida como “Casa de la Ciudad”, estuvo muy ligada a la historia del “cap i casal”, tanto en cuanto su anecdotario es rico en acontecimientos. De inmediato a su Reconquista, Jaime I creó los Jurados que rigieron la Ciudad, en un principio establecidos en diferentes sedes de los alrededores de la Seo.

A mediados del siglo XIV los Jurados consiguieron del rey Pedro II el Ceremonioso, también conocido como el del “puñalet”, la cesión del antiguo Palacio de Vidaure, residencia de Doña Teresa Gil de Vidaure (noble dama aragonesa de quien Jaime I se había apasionado y tomada en secreto como tercera esposa) lugar que había sido de festines cortesanos y con gran pompa, limitado entre cuatro  calles: Caballeros, Hierros,  Baylia y Reloj Viejo.  Edificio que había sido adoptado en un principio como Ayuntamiento, en el año 1311 por orden de Jaime II.

 El edificio se fue adaptando en los años a las necesidades de los ediles, perdiéndose su anterior suntuosidad de reminiscencias arquitectónicas árabes, llena de fascinación.

Desde el primer momento y por decisión del Conquistador, también fue lugar de cárcel hasta el siglo XVI. No obstante, en su interior, se procuró la dignidad que le correspondía, con su pavimento marmóreo de las canteras de Porta Coeli, arcos góticos, capiteles, rico artesonado, vestido a la sazón con una importante pinacoteca real, y escudos de armas de la nobleza de Aragón, de Castilla y demás dominios soberanos, destacando el Salón del Consejo o Sala Daurada, con su magnífica techumbre artesonada, en la actualidad restaurada en el Consolat del Mar de la Lonja, con su espléndido balcón corrido de forja a la calle Caballeros, con dos torres en los flancos y sus cuatro puertas principales, situadas cada una de ellas en sus cuatro frente laterales.

Un voraz incendio en 1585 consumió gran parte de su archivo documental, así como su ornato, al parecer debido a un fuego iniciado por los presos que fueron trasladados a otros lugares de presidio. Pese a su restauración y posteriores reformas, la Casa de la Ciudad entró en un proceso de degradación por el abandono de gran parte de su interior con cortinas de silencios.

Debido a otro incendio, finalmente, el Consistorio, albergado en el viejo caserón,  fue trasladado a la Casa de la Enseñanza de la calle de la Sangre, en un proceso que culminó torno a 1860.

miércoles, 29 de octubre de 2014

LA PLAZA Y SU MERCADO.

Ca 1920 plaza del mercado_

1920 Ca. - Los toldos que protegen a los productos de la huerta adquieren un gran protagonismo en una instantánea donde el tranvía, un instante después, se adueñará de la imagen. Friso en dientes de sierra que marcan cada uno de los puestos del mercado donde se mezclan murmullos y aromas.

La Lonja con su almenas coronan la foto y un carro descansa sobre el adoquinado, surcado por las vías. El sol está en lo alto y la sombra del puesto contrasta con la luz de un mediodía, tranquilo y apacible; sus rayos doran el suelo y a los balcones llegan los ecos del mercado.

La plaza y su mercado, que le da nombre y esplendor desde tiempos morunos.

Huerta y salazones, canela y especias. Así desde entonces.

martes, 28 de octubre de 2014

PREMIO AL MEJOR “LLIBRET” - LA VALENCIA LITERARIA

  

El 1903 naixia el concurs de llibrets de falla gràcies a la iniciativa de Lluís Cebrian Mezquita. El qui havia estat president de Lo Rat Penat ocupava en eixe moment el càrrec de director de l’Institut de Tradicions Valencianes.


El premio consistió en seis libros y un plato de Gloria, un dulce artesanal elaborado por la confitería de D. Eugenio Burriel. 


En el año 1903 se plantaron un total de 16 fallas en la ciudad y el premio al mejor ‘llibret’ se otorgó a la falla de la calle San Gil. El texto fue redactado por el periodista Rafael Azopardo y hablaba de los problemas urbanísticos de la época.

Texto de Mauro Guillén

lunes, 27 de octubre de 2014

LA VALLA DE LA PLAZA DE TOROS

PLAZA TOROS AÑOS 40

Años 40 - El aspecto exterior de la plaza de Toros no siempre ha sido semejante al actual. Hoy, abierta a nuestra mirada, se disfruta en toda la riqueza de su estilo neoclásico semejante al de los coliseos romanos.

Pero no siempre ha estado libre a la calle de Játiva, pues a su límite, existía una valla que taponaba la visión de sus arcos hasta la enfermería sita en la calle de Alicante. 

Desde 1860 una valla lucida era la que evitaba la visión de su planta baja, que fue sustituida por otra de ladrillo y rejas en 1926, a la que se fueron adosando taquillas y oficinas, así como una cafetería en su chaflán frente al de la Estación del Norte, como se observa en la foto de los años cuarenta en la que reina la tranquilidad de la calle, sin tráfico, con la presencia de un carro, un camión de mudanza y un corrillo de personas en apacible espera, con sus cestas y delantales que retan a nuestra imaginación.

En 1968 y con la eliminación del vallado y de su cafetería, la Plaza de Toros quedó exenta, creando una perspectiva de gran belleza, en singular maridaje con la estación ferroviaria de Demetrio Ribes, que en esta ocasión y al fondo, escasamente se observa en la foto.

domingo, 26 de octubre de 2014

CRUCE DE CABLES, DE VIDAS

 
2014-10-02 18.51.51Archivo de Germán Gómez 
 
Cada vida es un mundo y aunque cohabitan cercanas, poco tienen en común.

La vieja aldaba con su repique ha cedido en ésta ocasión al paso del tiempo, y en la sustitución surge un conjunto de timbres, hilos en cruce de cables cada uno rumbo a su destino.

Nada ha sido programado y día a día han ido apareciendo como setas en el bosque. En el umbral de la vieja escaleta, se establece la chispa eléctrica que abrirá el paso del visitante.

Cruce de cables y de vidas, cada uno a la suyo; ajenos a las normas, y en su rebeldía, crean un cuadro al libre albedrío cual metáfora vecinal que no entiende de leyes ni de normativas ni está sujeto a control de calidad alguno.

Cumple en su eficacia, sí, en su más perfecto y ordenado desorden.

sábado, 25 de octubre de 2014

CALLE DE SAN VICENTE

calle de san vicente

Ca. 1905 - El coche aún no se ha adueñado de las calles. Es en un día de fiesta, con sus ventanales engalanados, cuando el peatón, convertido en el protagonista de una instantánea que por sí sola brilla, refleja el deambular de la sociedad de una época en los comienzos del XX. Un niño con babero y gorra, muestra el mismo semblante de un señor mayor, también con gorra, pero con el bastón de los años que nunca se detienen.

En la foto se observa vida. Trasiego humano en la siempre concurrida calle de San Vicente, con la de Derechos a la izquierda, con toldos y farolas en un día invernal. Señoras de largos faldones que se desplazan sobre un suelo adoquinado, aún no desgastado por una motorización que años después desplazaría hacia las aceras al tranquilo peatón.

Los sombreros en damas y caballeros pasean su porte y distinción, y el gentío se desplaza en sus inquietudes a través de una calle siempre elegante, merced a sus edificios de suntuoso acabado. 

Una línea de traca en lo alto nos confirma la rica tradición de la pólvora con su ruido, que llegado el momento darán mayor vida a la foto. 

viernes, 24 de octubre de 2014

TRAJES A MEDIDA



Pañería en la calle de Adressadors, 7 CA 1915
Archivo de Rafael Solaz

Los trajes se hacían a medida y era habitual ver en un bajo de una sencilla calle, la artesanal tienda de un sastre en cuyo escaparate ofrecía un escueto muestrario de extendidos y ondulados paños.

En su interior había un mayor surtido de telas de suave tacto, tanto para los trajes de verano como para los de invierno.

La primera visita era la necesaria para tomar medidas, y el sastre, con su cinta métrica al cuello, anotaba a centimetros el perímetro del cuerpo. En segunda visita y con almohadilla en la muñeca ensartada de alfileres con cabeza, y con las telas hilvanadas, procedía a ajustar el traje al cuerpo del cliente para su final acabado en unos días después.

Una o dos pruebas más y el traje a medida estaba dispuesto para el día de su estreno.

El cálido sastre de barrio queda en el  recuerdo, y telas, agujas, tiza de sastre, espejos y tijeras, afloran merced a esta foto de en torno a 1915, situada en la calle Adressadors nº 7  que, como otras muchas, fueron engullidas por los grandes almacenes con su insustancial “pret a porter” de venta de trajes, ajustados al cuerpo del cliente tras los pertinentes recortes de mangas y en sus perneras.  

jueves, 23 de octubre de 2014

EL MUSEO PALEONTOLÓGICO

Antiguo Museo Paleontologico. Anos 50
Archivo de Rafael Solaz

Años 50 - Valencia y en los Jardines del Real tiene su Museo de Ciencias Naturales, siempre de implantación municipal y en largo recorrido por diferentes sedes, cuyo origen vino dado por la cesión a la ciudad del legado del ingeniero José Rodrigo Botet, consistente en la entrega de su colección privada de paleontología, reunida en su periplo por tierras sudamericanas, implicado en la construcción de diferentes obras hidráulicas.

En el Hospital de San Pablo

El primer emplazamiento del Museo fue en el Convento de San Gregorio de la calle San Vicente, cuando su fundación en 1889 donde permaneció hasta 1896, año en el que fue trasladado al antiguo Hospital de San Pablo, jesuita (cercano a la Cárcel Modelo que se iba a inaugurar en 1901) donde se estableció hasta que en 1908 se acordara su traslado al Almudín, por ser más céntrico y de adecuado aspecto, con la denominación de Museo Municipal de Paleontología bajo la dirección de Eduardo Boscá, quien había sustituido al antiguo dueño de la colección Sr. Rodrigo Botet.

Museo que permaneció en la antigua alhóndiga hasta 1991, con su traslado a los bajos del Ayuntamiento en la calle Arzobispo Mayoral, a la espera de su emplazamiento definitivo en los Viveros en 1999.

Niños de visita al museo paleontologico

Museo Paleontológico que fue muy visitado por la juventud escolar como complemento a sus clases de Ciencias Naturales, con tan gran divertimiento como expectación, aunque no sea este el motivo que nos ilustra la foto de los niños en su proximidad al Museo.

Recuerdos que perduran de nuestros infantiles años, cuando entre sus arcos románicos presenciábamos el enorme esqueleto de un espécimen de gran altura, con su especial atractivo que tanto nos sobrecogía.

miércoles, 22 de octubre de 2014

EL HOSPITAL GENERAL VISTO POR VIAJEROS ILUSTRES

Cuando Juan Gilabert Jofré regresó a Valencia y después de presenciar el maltrato a un loco en la calle, fundó un hospicio de enfermos mentales que finalmente se convertiría en el Hospital General. Reinando Fernando de Aragón, el 17 de abril de 1512 se inauguró el primer hospital de España y del mundo para enfermos desamparados y mentales.
 lope de vega
Lope de Vega, en una de sus visitas a Valencia, vio así a una ciudad que le inspiró una obra teatral:
"Esta, Erifila, es Valencia,
la puerta es esta de Quarte,
aquí dió Venus, y Marte
una divina influencia.
Estos son sus altos muros,
y aqueste el Turia, que al mar
le paga en agua de azar
tributo en cristales puros.
Aquel es el sacro Aseo,
y este el alto Micalete."

“Tiene Valencia un Hospital famoso
a donde los fanáticos se curan
con gran limpieza y celo cuidadoso
de las cosas,Leonato más notables
que en aquesta ciudad insigne he visto
despues que ando por ella rebozada
es aqueste hospital,obra famosa
entre las más que aqueste nombre tienen
que aunque el de Zaragoza lo sea tanto
que pienso con el competir puede,
esta puede a su lado alzar la frente
por una de las siete maravillas
que la piedad en este mundo ha hecho.”

En su extensa obra teatral y a raíz de su estancia en Valencia y visita al Hospital General, entre 1589 y 1590 escribió "Los locos de Valencia, impresa en Madrid en 1620, inspirada en el centro hospitalario.

Es una de las más divertidas obras de Lope De Vega; se trata de la representación dramática de una comedia de locos en el teatro.

Alcanzó el Hospital su máximo esplendor en el siglo XVII. Demolido en los años sesenta, se conserva una de sus salas en la que hoy es Biblioteca Municipal. Actualmente está ubicado en la avenida Tres Cruces, inaugurado en 1962. El 17 de abril del 2012, cumplió por tanto 500 años de su historia.

 Texto: Mari Carmen Serrulla Morell.

martes, 21 de octubre de 2014

¿AVISPA? ¿VESPA?

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-¡Parece una avispa!-

Exclamó el  italiano señor Piaggio cuando vio el  resultado del encargo que le pidió a uno de sus ingenieros, Coradino D'Ascanio. Fue una casualidad la semejanza con el pequeño insecto, y fruto del rediseño de su antecesora Paperino (Pato Donald).

Pero las motocicletas no eran del agrado de este diseñador aeronáutico, porque parece ser que era amante de la comodidad y de la pulcritud de su vestimenta, por lo que rápidamente supo solucionar estos problemillas que para él ofrecía este tipo de transporte.

Le molestaba la suciedad que producía la cadena, por lo tanto, quiso evitar el contacto del pantalón e imaginó un vehículo con una carcasa que soportara la tensión y engranaje directo. La fatiga de cambiar un neumático, le hizo agudizar su ingenio, que para eso era ingeniero, y diseñó un brazo de apoyo similar al chasis de una aeronave. Para facilitar la conducción, colocó la palanca de cambio en el manillar. Y para evitarle al conductor esas terribles manchas, que tanto le horrorizaban, diseñó una cubierta o carcasa, solucionando así tal desaliño.

Y... ¡ ECCO ! En aquel momento se gestó un gran icono del siglo XX, que tras la primera unidad nacida el 24 de marzo de 1946, hizo que se fabricaran y comercializaran casi 14 millones y en 114 países tan rápidamente. Convertida en la moto italiana de los años 50 y 60.














¿Quién no ha visto Vespas como las de la foto por la calle de la Paz, o abandonadas en pajares de pueblos, y que incluso sus dueños eran nuestros padres y abuelos?

Y tras su presentación en el elegante Golf Club de Roma, aquel negocio ciclópeo creó una amplia red de servicios por toda Europa y resto del mundo, a la vez que empezaron a crearse los Vespa Clubs.

Su producción llegó a España un 22 de febrero de 1953, por parte de Moto Vespa Madrid y posteriormente Piaggio España.

Nuestra Tierra acogió también ilusionada este novedoso vehículo y empezaron a crearse diferentes clubs de amantes de la Vespa, y así en 1956 se funda el primer Vespa Club Játiva y el Vespa Club Alcoy; también el de Elda.

Y esta letra de una canción de LunaPop, lo dice todo:

"Vespas trucadas, años 60, van por el centro,
a más de 90, rojas de fuego, comienza la danza,
de flechas lanzadas y el viento en la cara.
Dame una moto, el verano que avanza,
dame una Vespa y te llevo de marcha.

Texto de Amparo Zalve Polo

lunes, 20 de octubre de 2014

EL ULTIMO TRANVIA, EL 470


Foto de José Antonio Tartajo
del Blog de Madrid Transportes Urbanos

Quiero recordar al último tranvía que se construyó para Valencia, fue en el ya lejano 1948/1949, cuando la CTFV decidió incorporar unos nuevos tranvías de líneas más perfiladas y siguiendo la pauta de la ya conocida Serie 400, pintados de un color azul oscuro, techo blanco, y redondeadas líneas.

Nacía la subserie 456/470, y éste nuestro, llevaría el número 470.

Fue fabricado por Construcciones Móviles S.A. en el Grao de Valencia. Incorporaba dos motores de 35 CV, no sobrándole potencia pero le bastaba para cumplir su misión. Como curiosidad, éste tranvía, por falta de motores, empezó a circular como coche remolque, hasta que le acoplaron sus motores. Llevaban también una máquina expendedora de billetes mecánico-automática, accionada por el cobrador, que presionando la selección de un, dos, tres o cuatro billetes, y dándole a la palanca de salida, salían la tira de billetes seleccionados y unidos entre sí, de un delgado y amarronado cartoncillo.

Quiero matizar que la serie 500 de tranvía articulado, que años posteriores circuló, en 1960, no fueron tranvías construidos, sino la unión de dos viejos tranvías de la serie 100 que ya estaban en circulación en 1914 y fabricados por Lladró y Cuñat en Almácera.

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Valga pues, este recordatorio a los viejos tranvías de Valencia, que tantas veces disfrutamos.

Texto: Germán Gómez.

domingo, 19 de octubre de 2014

INCUBADORAS EXPUESTAS AL PÚBLICO



1903. En diciembre dos médicos comenzaron una práctica poco común salvando la vida a numerosos niños. Las ciencias adelantaban a pasos agigantados y las incubadoras para recién nacidos eran una novedad tecnológica carísima.

El doctor Ribes y el señor Brosa vieron enseguida sus ventajas y quisieron traerlas a Valencia, aunque el principal problema era el precio. Para todo problema hay una solución. Viajaron a Francia y comprando a plazos 20 del modelo Lión, instalándolas en la planta baja situada en la calle de la Paz número 40 esquina con Bonayre.


Aquellas incubadoras primitivas consistían en una cámara de cristal herméticamente cerrada, el aire corría gracias a un ventilador manteniéndose una temperatura constante de 24º mediante la circulación agua caliente por un serpentín.

Como solución para poder hacer frente a los plazos la planta baja se abrió al público, la gente recorría ordenadamente el local siguiendo una rotonda con una barandilla de madera viendo a los bebés, en el centro se instaló un cajón a modo de hucha en donde se dejaban los donativos.

 
La gente tomó aquello con un interés explicable. Diariamente pasaban por allí centenares de personas, recaudándose entre seis y setecientas pesetas diarias. Los dos médicos con la ayuda de un grupo de hermanas de la Caridad cuidaban de los bebés y daban las explicaciones pertinentes a los visitantes.

Pasaron cuatro meses y la planta baja apareció cerrada. Nadie sabe qué fue de las incubadoras o de los médicos, aunque no faltan rumores. Unos dicen que montaron la clínica en otra ciudad, otros que se fueron a un hospital. Algunos niños murieron, la mayoría consiguió vivir. Por primera vez en nuestro país se realizó una experiencia masiva para salvar a los niños nacidos antes de tiempo.

Texto de Paco Máñez

sábado, 18 de octubre de 2014

EL PRIMER CARTEL TAURINO


cartel primera corrida de toros Archivo de Pilar Martínez Olmos

(El original de esta foto pertenece a la ganadería Moreno de la Cova,
heredera de la que en 1859 ofreció sus reses)

1859 - Siempre  hay una primera vez para cualquier evento y la Plaza de Toros de Valencia tuvo su primer cartel.

Poco antes, se había culminado el proyecto de Sebastián Monleón y el estilo arquitectónico más genuino de Roma se había trasladado al "cap i casal" tras la muralla cristiana, justo al propio lado donde rompía su lienzo para dar paso a las vías del tren que salía de la Estación del Ferrocarril situada a espaldas del Convento de San Francisco.

El cartel taurino impreso en los talleres de Ferrer Orga de Valencia, anunciaba la primera corrida de aquel año 1859, dónde el diestro Francisco Arjona, “el Cúchares”, que diera su nombre para elevar a la categoría de arte nuestra fiesta nacional, con toros de la Viuda de Zalduendo y de Nazario Carriquiri, fue quien, por primera vez, iba a pisar el albero del coliseo valenciano.

EL nombre y la espada de Cúchares llenaron las gradas de quienes al reclamo del primer cartel taurino, acudieron en tarde memorable al hechizo que la sangre y la arena procuran.

viernes, 17 de octubre de 2014

FERIA DEL LIBRO DE VALENCIA – LA VALENCIA LITERARIA

recorte I feria libro 1953

En el año 1953 se celebró por primera vez en Valencia, la Feria del Libro. Organizada por el Instituto Nacional del Libro, durante diez días (del 12 al 22 de marzo, en plenas fiestas falleras) se instalaron un total de 21 casetas en los jardines de La Glorieta. Entre los expositores, nos llama la atención que había una caseta dedicada a la “literatura fallera”, atendida por señoritas vestidas de fallera, y otra dedicada al Libro Valenciano.

Años después, en 1966, tras varios años sin celebrarse la Feria del Libro, se instalan las casetas (31) en la entonces denominada Plaza del Caudillo (hoy del Ayuntamiento), lugar donde se celebró hasta el año 1980. Oficialmente se considera que la feria del año 1966, es la primera edición de la actual Feria.

La Feria de 1966 fue una iniciativa del Instituto Nacional del Libro y entre sus actividades estaba la elección de una Reina de la Feria, que ese año fue la Srta. Mª Irene Beneyto Jiménez de la Iglesia, actualmente concejala del Ayuntamiento de Valencia.


Feria del libro en la lonja

En el año 1981, la Feria del libro de Valencia deja la Plaza del País Valencià (antes Caudillo, ahora del Ayuntamiento) para ocupar el edificio de la Lonja. Por primera vez se cambia la forma de exponer los libros, antes (como ocurre en la actualidad) las casetas correspondían a diferentes librerías; sin embargo en la edición de 1981, se agrupan los libros por temas: narrativa, economía, política, historia, poesía... Una formula que no tuvo mucho éxito.

La Feria, organizada por el Gremi de Llibrers desde el año 1969, solo se celebró en la Lonja hasta el año 1983, el siguiente año volvió a la Plaza del Ayuntamiento y se recuperó la exposición por librerías y no por materias.

Por fin, en el año 1985, la Feria encuentra su emplazamiento definitivo: los jardines de Viveros. Este año 2014 se ha celebrado la 49 edición. El año que viene celebraremos el 50 aniversario de una feria que cada años, a pesar de las dificultades, tiene mayor afluencia de lectores.

Texto de Mauro Guillén

jueves, 16 de octubre de 2014

LA HUERTA


1900_la huerta
Fuente – Biblioteca Valenciana

Ca. 1930 - La torre espigada del Palacio de Ripalda, como referencia inmediata,  nos sitúa en el punto de partida desde el que está tomada la foto.  Ayuda el Micalet -sito a la izquierda y más al fondo- que nos indica el centro de la ciudad, mientras que el Museo de Pio V, hospital en ese entonces  y su cúpula de alto templete, como más escondida, completan  la perspectiva frontal, enriquecida por el arbolado de los Viveros, como un friso sobre tan huertana alfombra.

El futuro Paseo al Mar, aún es un proyecto no abierto, en cuya influencia vemos la huerta en estado puro, y una senda que conduce a la próxima barraca, ante la que el claro de la tierra nos indica el posible camino al encuentro de Benimaclet en los años finales del siglo XIX o tras pasar el zaguán del XX, desde donde está tomada la foto.

La instantánea de Enrique Desfilis es el más cumplido documento que nos informa cómo era la ciudad de la otra parte del río en una zona habitual de huertos de flores, próxima a la Alameda y que se extendía por ricos campos al servicio de sus continuas cosechas.

Flores y otros cultivos aromatizan la ciudad y observando la foto, intuimos su perfume.

miércoles, 15 de octubre de 2014

VALENCIANA CON UN LIBRO

Joven valenciana con libro. Foto de Ludovisi, 1865
Foto de Ludovisi – Archivo de Rafael Solaz

1865 - La foto es decimonónica, pero se corresponde con la actualidad. Una mujer con un libro en las manos es lo más habitual en una librería, donde en cualquier momento el público ante las estanterías es mayoritariamente femenino.

La foto de estudio nos muestra una joven con un libro, de ojos claros, de forma impecable peinada, con elegante vestido y ante un piano de fondo. Ludovisi sabía dar su toque de distinción cuando la ocasión lo requería.

De moño recogido y trenzado, implica un orden y concierto que la lectura siempre procura. El respaldo aterciopelado completa la imagen.

Todo es bello en el retrato, como lo son las página de cualquier libro en su negro sobre blanco de tan apreciadas fuentes del saber.

martes, 14 de octubre de 2014

LA RIADA QUE JUSTIFICÓ EL LUGAR

 
nivel riada 1957

La riada del 14 de octubre de 1957, en esa fecha en la que los valencianos sentimos algún que otro temor, debido a la gota fría que nos tiene acostumbrados en el transcurrir de estos días, no hizo más que confirmarnos el motivo por el que en el año 138 a.C. los romanos se decidieron por fundar una ciudad en el lugar elegido.

La zona estaba rodeada al norte por un río de abundantes aguas que dejaba a su lado derecho un trozo de tierra más elevado. Ello les decidió a optar por el punto óptimo y central para que en torno a él, se fuera desarrollando la vida social de la nueva urbe romana.

Se inundó Valencia en aquella  trágica riada por el barrio del Carmen, y se ahogaron sus calles por la zona de la Xerea, así cómo por dónde se había formado un segundo brazo fluvial a través de la zona del Mercado y de la calle de  las Barcas. 

No así por el Tros Alt, que como indica su nombre es el  punto más alto de la ciudad, tal y como demostró la riada en su centro histórico.

El cardo y el decumano estaba cantado; las aguas desbordadas  los justifica.

lunes, 13 de octubre de 2014

EL TRANVÍA DE VALENCIA A BURJASSOT Y GODELLA

1927.- Tranvía procedente de Burjassot y Godella llegando a su final de viaje de retorno junto a  las Torres de Serranos. Studio Sanchis 1901

1927 – Foto de Studio Sanchis

Un día de 1927 el fotógrafo Francisco Sanchis Muñoz, cuyo bisnieto Antonio Ramón Pérez-Sanchis gestiona Studio Sanchis 1901 en la calle Serranos nº 27 de Valencia, tomó una instantánea de un tranvía de la línea disco 23 Valencia a Burjassot y Godella cuando, pausadamente, llegaba en su viaje de retorno al final del viaje junto a las Torres de Serranos.

A ambos municipios, huertanos, pero también residenciales por su cercanía a Valencia y estar ubicados sobre las últimas estribaciones de la sierra Calderona, llegó el 27 de abril de 1889, en abril pasado se cumplió siglo y cuarto, el tranvía con tracción animal. Una línea, inaugurada con mucha solemnidad y el consabido banquete, que partía del centro de la Valencia de entonces, en la calle Conde de Almodóvar, junto a la plaza de la Virgen, entonces de la Constitución, y no desde ella al protestar los vecinos por la suciedad y olores que ocasionaría el establecimiento de las caballerías que arrastraban los vehículos sobre raíles. Fue la primera de las cinco líneas suburbanas de tranvías que con los trenets conformaron una malla de ancho de vía métrico que facilitó grandemente la movilidad de los habitantes de la mayoría de las poblaciones cercanas a la capital.

El tranvía a Burjassot y Godella, aunque nunca entró en el viario urbano de este municipio, fue promovido por la empresa Pascual Carles, que también gestionaba la línea hasta Catarroja. Adquirida por la Sociedad Valenciana de Tranvías, la línea a Burjassot y Godella fue electrificada en 1912, cuando ya había sido cedida a la Compagnie Generale des Tramways Electriques de Valence (Espagne) Societé Lyonnaise que posteriormente fue nacionalizada como Compañía de Tranvías y Ferrocarriles de Valencia (CTFV), e inaugurada en tres fases: el 11 de septiembre entre las plazas de Serranos en Valencia y del Pozo en Burjassot, el 26 de octubre entre las plazas de Serranos y de Manises (única línea rural que entró dentro del circuito de circunvalación por su consideración como residencial) y el 6 de diciembre entre la plaza del Pozo y el linde municipal con Godella.

Aunque en 1943 fue proyectada sus sustitución por trolebuses, como ninguna empresa ni entidad oficial pujaron por su explotación, a partir del 1 de enero de 1956 los tranvías fueron sustituidos por autobuses.

Tranvías que en versión moderna volvieron a Burjassot a partir del 3 de marzo de 1999 con la primera prolongación de la línea 4 de Metrovalencia.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

domingo, 12 de octubre de 2014

MONUMENTO A LUIS DE SANTANGEL

Luis Santangel en La alameda_

1920 - Con la aportación económica de Luis de Santangel la reina Isabel de Castilla pudo cumplir con sus deseos evangelizadores a través de una ruta más próxima a Oriente. Por su contribución al descubrimiento del Nuevo Mundo, “Lo Rat Penat” quiso homenajear al judío valenciano y, por iniciativa de la Unión Iberoamericana, encargó su busto en mármol sobre un pedestal  a José Terencio Farre en un monumento que fue inaugurado el 12 de Octubre de 1920, entonces día señalado como Fiesta de la Raza, que venía siéndolo desde el año 1915, obra que fue premiada por los Juegos Florales de aquel año.

Se encuentra en el paseo de la Alameda, espacio útil para llegado el Día de la Hispanidad, y en razón a la fecha del descubrimiento de las Américas, tuvieramos un sitio los valencianos que nos hiciera sentirnos orgullosos de nuestra contribución a un hecho histórico que cambió el curso de la historia, configurando un escenario total hasta entonces desconocido.

sábado, 11 de octubre de 2014

EL SALVAMENTO DEL CRISTO DEL GRAO

San maria del mar (Archivo de Paco Mañez)
(Foto realizada desde la casa de Darocha, un tiempo antes de los hechos)

1936. Cuentan la crónica que el 15 de agosto de 1411 apareció flotando en el Turia la talla de un Cristo, desde ambas orillas los de Ruzafa y los del Grao disputaron por él, siendo estos últimos los que terminaron quedándosela. Desde entonces es el patrón del Grao y a partir del siglo XVII los creyentes lo veneran en la iglesia de Santa María de Mar.

A lo largo de su historia el Cristo del Grao ha pasado por diversas vicisitudes, siendo quizá la más famosa cuando fue trasladado en 1811 a Ibiza para evitar que cayera en manos de las tropas francesas de ocupación. Existió una ocasión en que esta obra de arte sacro corrió un peligro mayor.
 
Nada más comenzada la Guerra Civil diversas iglesias, monumentos y edificios religiosos sufrieron grandes daños o fueron destruidos en Valencia. El lunes 20 de julio de 1936 le tocó a Santa María del Grao. Un nutrido grupo de personas se había apoderado de la iglesia saqueándola y destrozando todo lo que podían.
jose darocha trullente
(Archivo de Paco Mañez)

José Darocha Trullente (1892-1975) vivía en la avenida del Puerto enfrente mismo de la iglesia y observó los acontecimientos. Bajó, cruzó la avenida y entró encontrándose con que el Cristo había sido descolgado y estaba colocado en la pira formada por las sillas y los bancos, iban a quemarlo.

Darocha no era un hombre religioso, ni siquiera creyente, pero aquello le pareció una barbaridad. Tras una corta discusión y enfrentamiento con algunos enaltecidos cargó el pesado Cristo y llegó con él hasta la puerta; en la calle fue detenido por un grupo de hombres, comenzaron los insultos y los zarandeos haciendo que temiera incluso por su vida. Por suerte fue reconocido por un portuario, un estibador que llamó a sus compañeros. La intervención de estos hombres logró que los agresores se apartaran, y con su ayuda la obra de arte fue subida hasta el piso de Darocha, en donde permaneció hasta que calmados los acontecimientos y transcurrido un tiempo prudencial avisó a las autoridades para que se hicieran cargo.

Santa María del Mar ardió aquel día y el Cristo se creyó perdido para siempre entre las llamas. Terminada la contienda apareció en el Ayuntamiento junto a la Virgen de los Desamparados en el mismo escondite, para sorpresa de todos. Nadie lo comprendía, existían numerosos y, aparentemente, fiables testimonios sobre su pérdida, sólo cabían dos posibilidades, o era un milagro o había ardido una réplica. Así nació la leyenda sobre la suplantación de la figura original por una copia realizada gracias a grupo de devotos.

José Darocha Trullenque se creó muchos enemigos con su acto, lo que unido a los continuos bombardeos realizados para destruir la flota mercante en el puerto, hizo que se trasladara a vivir al centro de la capital. Nunca se consideró un hombre valiente, jamás se explicó a sí mismo cómo había realizado semejante acto. Siendo un hombre modesto era rara la ocasión en que contaba lo sucedido, nunca buscó reconocimiento, siendo algo más propio de familiares y amigos narrar aquellos sucesos.

Texto y fotos de Paco Mañez

viernes, 10 de octubre de 2014

LA BARRA DEL BAR

Bar. Valencia, 1951

 Archivo de Rafael Solaz

1951 - La barra de un bar y siete clientes que posan para el fotógrafo. En el centro de la foto, el dueño de un establecimiento por el que asoman dos mujeres –probablemente de su entorno familiar - bajo la cortina que separa el interior.

Una barra de bar que por lo que se intuye en su trazado y el arbolado a la derecha, debiera estar situada en un exterior.

Un barra que como la de cualquier otro bar, simboliza el magnetismo que provoca sobre la clientela de barrio, atraida al encuentro de los vecinos en las horas de café, del aperitivo o en las de amigable reunión, cuando no por motivos de trabajo.

Por sus vestimentas vemos al empleado uniformado, al peón que por el “sujeta pantalones” tiene la bicicleta próxima, al oficial encorbatado, al militar en servicio, al tendero servicial, al auxiliar de oficios varios y quien pudiera ser un agente comercial.

Y de fondo, botellas de coñac, muchas botellas de coñac para el carajillo perpetuo de aquellos años cincuenta… y de los que siguieron.

“La barra del bar”.

jueves, 9 de octubre de 2014

EL DÍA DE SANT DIONÍS

 Manuscrito sobre la mocadorá en 1747

Sant Dionís, el patrón de los enamorados, el sanvalentín de los valencianos. Su halo protector nos viene de antiguo, acrisolado en las páginas de la historia de la ciudad de Valencia. Nada tuvo que ver su aparición con los intereses comerciales de los grandes almacenes al servicio de las tarjetas de plástico.

Un pañuelo anudado y unos besos de mazapán.

La mocadorá de Sant Dionís cuyo origen se remonta a la Reconquista por el agasajo de las mujeres en el 9 de octubre de 1238, en el santoral San Dionisio, a los conquistadores según nos cuenta la leyenda: frutas ofrendadas sobre un sencillo pañuelo.

Las frutas y con el paso del tiempo, fueron remplazadas por las dulces figuras de “la piuleta y el tronaor” en representación del estruendo de los petardos, que por su ancestral recurso ante cualquier día festivo, somos tan proclives los valencianos.

La "mocadorá de Sant Dionís": un pañuelo de atractivos colores que esconde dos singulares figuras con ensoñaciones libidinosas y enamoradizas en un túmulo de dulces frutas confeccionados en mazapán por los orfebres valencianos de tan genuina repostería.

miércoles, 8 de octubre de 2014

EL PUENTE DEL REAL

1880 litografia puente del real_antonio castelucho_museo de la ciudad

Litografía de Antonio Castelucho – Museo de la Ciudad


1880 - Existía el Palacio del Real a la “otra parte del río” y tenía su puente de arribo. En su principio éste era de madera, y aquel residencia temporal de los monarcas desde época musulmana. En 1528 durante el reinado de Carlos I, en ocasión de su visita y debido al peso del gentío que acudió a presenciar su paso, su estructura se vino abajo, causando heridos y muertos entre la concurrencia.

Tras las riada de 1589 se construyó de nuevo planta dando su fin en 1596, con los últimos retoques para su puesta a punto por la boda de Felipe III en la Seo en 1598. 

El 18 de febrero de 1603 se colocaron las estatuas de San Vicente Mártir y San Vicente Ferrer, labradas por Vicente Leonart, que no gustaron a los Jurados. Finalizando el siglo, el arzobispo Juan Tomás de Rocabertí, corrió con los gastos para cubrir las imágenes con dos casilicios que fueron colocados entre 1682 y 1683, el correspondiente a San Vicente Ferrer primero y al siguiente año el de San Vicente Mártir. Allí estuvieron hasta su destrucción durante la guerra civil. Su ornamentación prosiguió en 1750 con la colocación de bancos en sus costados y en cada esquina del puente, que fueron rematadas con esbeltos pináculos. 

Tras un concurso público en 1939 entre escultores valencianos, se adjudicó a Carmelo Vicent Suria que hiciera la réplica del santo dominico, mientras que la del santo mártir quedó desierta; finalmente se encargó la reposición de ésta a Ignacio Pinazo Martínez, donde se conservan desde 1944. Puente del Real que fue ampliado en 1968 por exigencias del tráfico rodado, inaugurado con su nuevo aspecto en febrero de este año.

Puente que no pudo frenar el avance del francés, que fue paso del humeante Ravachol al Grao de Valencia, así como del de tartanas y faetones a la Alameda en antaño, en la actualidad es de caminar tranquilo a los Jardines del Real, resistiendo al paso del tiempo cuando otros de reciente construcción ceden al calor que los dilata.

martes, 7 de octubre de 2014

VICENTE CLAVEL ANDRÉS – LA VALENCIA LITERARIA

Vicente_Clavel_Enero_1958 (Foto propiedad de www.diadellibro.eu.)

1958 - El periodista, intelectual y editor valenciano Vicente Clavel Andrés fue el inspirador y promotor de la creación del Día del Libro en España.

En el año 1916 fundó en Valencia la Editorial Cervantes, con sede en la calle Hernán Cortés, núm. 8, si bien en el año 1922 se trasladará a Barcelona.

Muchas de las cubiertas del los libros de la editorial Cervantes, se diseñaron por Arturo Ballester, uno de los grandes cartelistas españoles del siglo XX, quien ilustró también los libros de su gran amigo de Vicente Blasco Ibáñez.

En el año 1923, presentó su iniciativa de celebrar anualmente un día del libro español. En el año 1925 vuelve a lanzar esta propuesta que finalmente se plasmó en el Real Decreto de 6 de febrero de 1926, redactado por el propio Vicente Clavel y firmado por el rey Alfonso XIII, mediante el cual se instituía oficialmente la "Fiesta del Libro Español", fijando el día del 23 de abril, fecha en que murió Cervantes, para su celebración anual.

Ese mismo año 1926, se compuso un Himno al Libro, una de las estrofas del mismo dice:

"En himnos fervientes cantemos al Libro,
loor a Cervantes, ingenio español,
y por la alta cultura constantes velemos
y vibre en nuestra alma de España el honor."
 
Texto de Mauro Guillén

lunes, 6 de octubre de 2014

EL TEATRO OLYMPIA

Teatro Olympia, 1932
Archivo de Rafael Solaz

1932 - Valencia fue una ciudad de teatros. En su centro urbano y en un corto circuito, con sus carteles en las fachadas como atentas cortinas de reclamos al deambular del ocio, se ofrecían de continuo cómicos, galanes, coristas, vicetiples y dramaturgos, con los más importantes actores y actrices del escenario español.

Los teatros Principal, Apolo, Eslava, Ruzafa, Serrano, Alcazar, Olympia, más alejados el Princesa y la Casa de los Obreros, establecían esta ruta y compitieron durante muchos años a funciones diarias y hasta en doble sesión.

Pero de aquel Broadway valenciano y junto al Principal, éste de propiedad institucional, tan solo nos queda el Teatro Olympia, privado, que, sin desdeñar otros escenarios teatrales que aún perduran, desde 1915, cuando fue inaugurado en su representación teatral aunque por la inmediata irrupción del cinematógrafo se acopló de inmediato a la nueva tendencia y hasta 1983, año en el que volvió a ofrecer espectáculos entre bambalinas, con notable éxito y hasta la actualidad.

En la fotografía vemos un aspecto parcial de su interior, con sus palcos de elegantes escayolas que derraman sobre el patio de butacas una suntuosa distinción.

domingo, 5 de octubre de 2014

MANIFESTACION POR LA CALLE PINTOR SOROLLA

manifestacion años 30

Fuente – Biblioteca Valenciana

La manifestación en los años treinta viene de la Plaza Castelar, en una perspectiva poco habitual en la foto antigua, adentrándose por la calle Pintor Sorolla y nos sirve para ver en la imagen los edificios al fondo del Banco España y la sede central del Banco Hispano Americano, mientras que a la derecha se observa nítida la entrada a la calle Poeta Querol.

Ya se ha derribado la farmacia de la Morera, y sobre su solar se construiría el marmóreo y suntuoso chaflán del Banco de Valencia, según proyecto original de Javier Goerlich Lleó de 1935, inaugurado en 1942 después de la modificación de su inicial diseño.

El carro a menos de media carga -probablemente de recogida de basuras- se abre hueco entre un gentío en gran parte encorbatado, entre quienes se observan también los de pajarita, todos ellos en un ambiente relajado, sonriente y de aspecto festivo.

Las banderas, el landó oficial y guardia municipal de gala, nos indican el carácter institucional de la misma. A su final, un tranvía frena su marcha en dirección al Parterre, mientras los vecinos contemplan la manifestación desde sus balcones. 

sábado, 4 de octubre de 2014

EL CAFÉ VALENCIANO

cafe valenciano1

Años 80 - Típico y llamativo Café, del bullicioso entorno del Mercado Central. Haciendo esquina a la calle de las Botellas con la de la Carda, y de frente, a la de la Bolsería.

Lo recuerdo de muchos años antes, y lo más llamativo era, en su fachada, su letrero anunciador, letra redonda y enlazada, contorneada por la maravillosa luz de neón color rojo. Entre su frontal de aspecto de patio andaluz y su letrero de rojo neón, era un café único. En los atardeceres, ya oscureciendo, cuando ese enclave de calles quedaba con poca iluminación pública y un tanto desierto de gentes, su letrero, de aspecto fantasmagórico, daba vida al entorno.

cafe valenciano2

Sus gentes, la gente de todos los días; los de la cercana Posada del Rincón, con sus ordinarios, carros y triciclos; los almacenes de baratos juguetes o las tiendas de herramientas de madera para el campo; los comercios de la calle de la Bolsería, con sus tiendas de ropa de trabajo, monos y petos, ahora se llama ropa laboral, colchonerías...; en la calle de las Botellas, la Hospedería del Comercio, lugar de llegada de representantes de comercio con pocos medios; en su frente la Hospedería del Pilar, casa de lanas…, los transeúntes que desde la “estacioneta del Pont de Fusta”, como paso casi obligado, iban al Mercado o a la diversidad de tiendas de especies que por allí habían.

Su interior, con mucha escayola decorada, de extrañas formas y mezcla de materiales diversos, también lo hacía único, y le daban su encanto.

Dicen, y he contrastado su veracidad, que por las tardes luego de comer, iban clientes de la no tan cercana Guillén de Castro, para tomar un suculento café cremoso, jugar al dominó y contemplar a dos mozas de buen ver que allí trabajaban.

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Pasa rápido el tiempo y los años, cerró para siempre éste café, icono de la zona, aunque nos queda su recuerdo en las fotografías.

Texto: Germán Gómez.

viernes, 3 de octubre de 2014

LA ERMITA DE SAN LAZARO

san lazaro

1980 Ca - Este es el aspecto que ofrecía en torno a 1980 la ermita de San Lázaro en la actualidad convertida en parroquia. Sin embargo, el lugar correspondía a una antigua leprosería de gran extensión en cuyas instalaciones se disponían diversas dependencias, tales como las adecuadas para pabellones de enfermos, estancias para leprosos que no pernoctaban, cocinas, comedores, una iglesia, y hasta una casa de labranza donde se cultivaba viñas.

Leprosería conocida como de San Lázaro fundada tras la Reconquistas en 1254 por Arnaldo de Cardona, también cumplió como hospital para pobres y en ésta función hasta la creación del Hospital General en el siglo XVI, quedando el “lazareto” como un lugar de atención a los leprosos continuando con esta actividad hasta el siglo XVIII.

Lugar extenso entonces, en la calle de Sagunto, del que sólo se conserva y en su recuerdo la entrada, convertida primero en ermita y tras una remodelación eclesiástica en Parroquia.

Fuente – Juan L. Corbín Ferrer

jueves, 2 de octubre de 2014

CEMENTERIO GENERAL DE VALENCIA

  
Ángel del Silencio. Panteón familia Burriel
Ángel del Silencio – Panteón familia Burriel.
Archivo Rafael Solaz
Desde que se inauguró en 1807 han pasado más de doscientos años. El Cementerio General de Valencia, un lugar que se convierte en todo un continente de arte, biografías y curiosa simbología. Las flores “siemprevivas”, las lámparas votivas, el árbol arrancado de raíz que simboliza la muerte de una persona joven, el ancla rota, la flor de la Adormidera (el alma dormida, no muerta), las letras Alfa y Omega como principio y fin, los atributos funerarios como La Parca o el reloj de arena, aquel que cuando nacemos permite el paso de la fina arena. Ésta pasa más deprisa para algunos, para otros más despacio, pero al final pasa toda, es el destino y fin.
panteon moroder
Un Ángel nos recuerda el silencio, el respeto por todos los que una vez fueron vidas. Hay muchos Ángeles del Silencio, algunos nos invitan a pasar tras la puerta del mausoleo, como el del Panteón Moroder, obra de Benlliure. En otros, una niña de mármol no oculta su tristeza y mira a un ramo de flores perpetuo. Es obra del escultor Carbonell.

Son las piedras quienes nos ofrecen mensajes eternos. La esencial igualdad de todos los fallecidos ¡Qué más da los ostentosos panteones o las lápidas borradas por la erosión del olvido! Al final quedan los restos del recuerdo, y las esculturas, y las vidas. Cementerio General de Valencia, en blanco y negro o en color de la nostalgia.

Flores de piedra nos reciben atravesando los corazones de nuestros sueños. El Museo del Silencio sólo sirve para que recordemos la ruta de algunos de los ecos esculpidos.

Texto de Rafael Solaz

miércoles, 1 de octubre de 2014

LA CAFETERÍA RESTAURANT DE LA ESTACION DEL NORTE

estacion del norte_restaurante
Foto de Barberá Masip

Años 20 - La antigua cafetería restaurante de la Estación del Norte que diseñara Demetrio Ribes de estilo modernista tenía en correcto maridaje el costumbrismo de la huerta valenciana, su albufera, sus barracas, sus flores y el punto emblemático entonces de la ciudad que suponía “el Micalet”, en una decoración de paneles cerámicos realizados en la fábrica de Burjasot de “Azulejos Antonio Bayarri Hermanos” y de la mano del pintor ceramista Muñoz Dueñas.
Lugar no solo de “parada y fonda” para quienes esperaban el pitido de salida desde uno de sus andenes del tren dispuesto a inundar de vapor nuboso el umbráculo ferroviario, sino como punto de encuentro relajado, al igual que coqueto, que en sus funciones de restaurant lograba que el cliente se encontrara de inmediato inmerso en la Valencia huertana, fuera como visitante interesado o como vecino de la ciudad.

restaurante estacion norte
(Con mi agradecimiento a Carmen Pinedo Herrero)

Las botellas de agua sobre la mesa de mármol suavizaban el sabor del café humeante de la mañana o de la media tarde y las vemos en su presencia formando parte de tan singular recinto –hoy lugar útil para exposiciones culturales – en el que el Maître y el camarero uniformados posan a la cámara para mostrar en su conjunto uno de los lugares más increíblemente bellos de la Estación de Norte de Valencia.