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jueves, 24 de julio de 2014

CASA-MUSEO DE ALFREDO SOLAZ

COLECCIÓN DE CERÁMICA VALENCIANA
Calle del Pintor Fillol. Mi casa con la balconada. Dibujo de Ginestá, años 60
Mi casa con la balconada
(Dibujo de Gisnestá)

Años 60 - Mi casa paterna era un viejo caserón procedente del siglo XVI situado en la calle del Pintor Fillol, nº 9 (Barrio del Carmen). La colección se hallaba en el piso principal del edificio (unos 250 metros de superficie, cinco habitaciones y un gran salón). Las paredes estaban totalmente forradas por azulejos enmarcados que era la colección de mi padre, gran aficionado a la cerámica valenciana, impulsado por mi madre, María Albert, que era también una entusiasta. Mi casa la visitaba González Martí , estableciendo una tertulia con mi padre. Juan Luis Corbín vino a hacer un reportaje y éste fue recogido en su libro sobre El Carme.

-¡Che Solaz hemos de hacer el museo más grande de España!- decía por entonces Manuel González Martí. Y estas palabras se hicieron realidad, surgiendo el Museo Nacional de Cerámica.

Casa Museo de Alfredo Solaz, padre de Rafael Solaz. 1978 Casa Museo Alfredo Solaz

Mis recuerdos en la casa son muchos. Tan sólo voy a referir que era centro de reunión de artistas y apasionados por la cultura. García Berlanga, el citado González Martí, el pintor Juan Reus… y muchos de los profesores y alumnos que frecuentaban la Escuela de Bellas Artes de la calle del Museo, ahora Centre del Carme.

Sobre 1986 vendimos la casa y posteriormente fue adquirida por la Generalitat, cayendo en total abandono. Durante muchos años estuvo rodeada de andamios hasta que hace unos años decidieron su demolición, conservándose tan sólo el portalón de entrada con sus piedras de sillería.

En mi casa, con mis padres. 1976 1978 – Rafael Solaz con sus padres Alfredo Solaz y María Albert, y su hija Eva

Así, de la Casa-Museo de Solaz tan sólo permanece la puerta del edificio, una entrada a muchos recuerdos que forman parte entrañable de esa Valencia que se fue. Quizá algún día construyan un nuevo edificio y pongan un azulejo recordando su existencia.

Texto de Rafael Solaz

Fotos de Rafael Solaz

4 comentarios:

  1. Muy bueno, ¡cuantas cosas que desconocemos hemos tenido en Valencia!

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  2. Muy bonita la historia y una lástima lo que sucedió con el edificio, en este país, la sensibilidad hacia los edificios que han formado parte de la,historia de la ciudad por parte de quienes debían velar por ella, no suele abundar, salvo excepciones . Gracias por el post. un abrazo y buen día para todos. Gregorio

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  3. ¡Mi más sincera enhorabuena! Una historia formidable y muy familiar. Un abrazo muy fuerte.

    Pablo.

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